Deja vu

19. Protesta, huelga, boicoteo.

Los de emergencias nos encontraron en el techo pocos minutos después de eso. Se llevaron a Max de mi lado con la excusa de que debían revisarlo, y yo no tenía ni las fuerzas ni las ganas de negarme.

Por los altavoces, el director Domínguez anunció que, debido a los múltiples 'inconvenientes' de ese día, teníamos permiso de volver a nuestros hogares temprano.

Llegué al patio cansado. Magullado por el esfuerzo, atormentado por lo cerca que había estado Max de saltar, y confundido por las extrañas visiones que se volvían más y más constantes, llegué directo a los brazos de Tina, quien me recibió como si yo fuese quien había estado a punto de morir.

"¿Todo bien?" me preguntó acariciando mi espalda. Los demás chicos nos observaban en silencio. "Vimos a unos de emergencias llevar a Max a una troca."

"Sí, todo bien. Logré hacerlo bajar a tiempo."

"Gracias al cielo."

"Chicos, debo irme a casa," nos dijo George. Melanie, Emma y Brandon dijeron que harían lo mismo, y que si había noticias podíamos contactarnos en línea.

Tina le preguntó por mí a uno de los enfermeros que si sabía cuánto tiempo se quedaría Max en el hospital, a lo que él respondió que no estaba seguro pero que probablemente saldría muy tarde esa noche.

"¿Quieres ir a mi casa? Podemos tomar algo para que te tranquilices."

Bastó con que asintiera para que comenzáramos a caminar en dirección a su casa.

Mientras caminábamos, Tina palmeaba mi espalda y me aseguraba que todo había pasado.

Yo le contaba lo que Max me había dicho y ella escuchaba con interés y un poco de horror lo que había ocurrido. No hablé sobre el padre de Max porque no estaba seguro de que ella supiera, y decirle a alguien más no sería buena idea si Max no me daba permiso.

Hablar con Tina siempre me había hecho sentir mejor. Ella era de las personas que sabían mantener la boca callada cuando alguien más la abría, y que daban sus opiniones sólo cuando era necesario. Tina solía escuchar todo y luego decir lo que creía o palabras de consuelo, lo que fuera que sirviera más para la persona. En mi caso, ambas.

Ella me aseguró que no volvería a pasar después de lo que había hecho. Me dijo que tal vez Max se había alterado por culpa de la escena en el aula de inglés, y que probablemente se le pasaría y le parecería estúpido hasta a él mismo.

Yo le dije que probablemente sí, aunque no estaba muy convencido, y ella lo sabía.

A pesar de que había sido un día horrible (y eso que no debían ser más de las 12:00 PM), el día era hermoso. No había rastro alguno de nubes en el cielo, había un poco de viento fresco, pero nada que molestara gracias al brillo del sol sobre nosotros. De vez en cuando veíamos a algunos pájaros pasar rápidamente, pasando por un pequeño parque juré haber visto una ardilla.

Para ser comienzo de otoño, no se veía tan mal. Sin embargo, era un poco obvio que el verano estaba llegando a su fin. Las hojas de los árboles aún estaban verdes, pero ya no era el mismo tono vivido de antes. Pronto, el verano pasaría a ser un recuerdo mientras el otoño nos sorprendería con diferentes actividades escolares... yupi. Halloween, el día de acción de gracias, y un montón de cosas más que solían llevarse a cabo terminaban siendo nada más que un problema más.

En algún momento del recorrido tomé mi teléfono y le mandé un mensaje diciéndole a mi madre que me encontraba bien y que volvería a casa más tarde. Agregué que si no comprendía lo que decía, podía ver las últimas noticias.

Ya nos acercábamos a su casa, y cuando le dije que había otra cosa, Tina me miró, esperando ansiosa a que comenzara a redactar.

"Tuve una visión cuando Max tomó mi mano. Fue extraño."