40. ¿Todos en mi contra?

292 33 7
                                    

Habían pasado dos días desde que Cody había recibido la noticia. En la opinión de Tina, él lo había tomado bastante bien, considerando que ella casi mataba al padre de Scott por sí misma.

No sabía exactamente como era que lo hacía, pero parecía estar más tranquilo que nunca.

"¿Cody?" lo llamó. Estaban en la clase de arte, haciendo un proyecto que el maestro les había encargado en equipos.

Cody llevaba toda la mañana sin decir algo. Las únicas veces que hablaba eran para responder la pregunta que todos le hacían, '¿Estás bien?'

Y era obvio que no estaba bien. ¿Cómo podría estarlo con lo que estaba pasando? Las cosas no podrían ir peor: Max estaba en el centro de conversión, Cody no podía comunicarse con él por alguna razón, y su madre había negado hablar con ellos. Sin embargo, siempre respondía la pregunta con un 'Sí' y una sonrisa fingida. Había que ser despistado en verdad para no comprender.

"¿Cuánto tiempo más parecerás un zombie?"

Cody se limitó a sonreír y siguió coloreando su dibujo improvisado.

"No puedes estar deprimido todo el tiempo, Cody. Te conozco, no eres tú."

"¿Y entonces quién?"

Tina bajó su crayón y lo miró con seriedad. "No tengo idea, pero tú no." Se acercó a Cody y palmeó su espalda. "El Cody que yo conozco no se deprime cuando tiene un problema. Simplemente lucha por arreglarlo."

"Pues el Cody que tú conoces no tiene ni idea de dónde está, Tina. Y esto es lo mejor que logró."

"Sabes que no nos daremos por vencidos," respondió Tina después de una pequeña pausa."

"Lo sé."

"Y que estamos aquí para lo que necesites."

"Lo sé, gracias." Poniendo las manos en su rostro y recargándose hacia atrás en su asiento.

"¿Cómo has estado tú?" preguntó Cody antes de volver a verla bien.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que Cody y Tina se habían sentado a platicar sobre sus vidas. O al menos parecía haber sido una eternidad, con todo lo que estaba pasando.

"Bien," respondió sin quitar su mirada del proyecto.

"¿Sólo bien?"

Tina asintió y le sonrió. "Aparte de toda esta mierda, nada interesante."

"¿Qué hay de Manson?" preguntó Cody. Era algo obvio que ese era el mayor problema de Tina, y que no quería hablar de ello. Pero Cody era su mejor amigo y, si no a él, ¿A quién más se lo diría?

Tina se encogió de hombros y siguió trabajando con el proyecto.

"Las cosas siguen igual," respondió. "Mis padres insisten en que necesito parar más tiempo con él para, como dicen ellos, 'dejar de verlo como un villano'. ¿Puedes creer eso?"

Cody no dijo nada y alejó la vista de ella.

"¿Cody?" sonó un poco ofendida. "¿Por qué esa cara?"

"Bueno..." comenzó él. "Es sólo que la última vez que vi a Manson tú te pusiste muy rara."

"Lo sé, lo sé." Suspiró profundamente. "Es sólo que quiero espantarlo."

"¿Espantarlo? ¿Qué esperas lograr con eso?"

"¡Que me deje en paz!" exclamó, luego recordó que no estábamos solos y, después de revisar que nadie la hubiera escuchado, continuó. "Estoy harta de que mis padres me quieran decir qué hacer. Entiendo lo complicada que es la situación, pero eso no les da el derecho de casarme. Soy su hija, no ganado que pueden vender en tiempos difíciles."

Deja vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora