Capítulo 3

3.6K 318 101
                                    

Cuando Hermione llegó a su oficina, el director estaba sentado frente a su escritorio, sonriéndole amablemente. El profesor Snape estaba parado en la ventana, a contraluz, su rostro en sombras.

"Pase, señorita Granger," dijo el director. "¿Le gustaría algo de té?"

"No, gracias," respondió.

"¿Caramelo de limón? ¿No? Siéntese, querida. Aquí. Sé que debe estar preocupada, pero nos las arreglaremos."

"Gracias, señor, pero creo que ya lo solucioné." Ante el sonido del resoplido burlón que llegó desde la ventana, Hermione se volvió a ver al profesor Snape, pero él tenía el rostro girado hacia la ventana. "Me voy a casar con Fred Weasley."

"Sabía que al menos uno de los hermanos Weasley daría un paso al frente," dijo el profesor Dumbledore. "Son buenos chicos."

Chicos. Hermione frunció el ceño. "¿No cree que deba casarme con Fred?"

"Entiendo por qué querría hacerlo. Ha conocido a su familia por años, y tiene que casarse con alguien, según esta espantosa ley. ¿Mejor alguien que conoce y de su agrado, incluso si no lo ama?"

"Sí, eso es justamente, director. Creí que usted entendería. La señora Weasley piensa que no deberíamos, pero no veo de que forma evitarlo. Mi primer pensamiento fue esconderme, pero Harry y Ron y Fred, todos dijeron que Voldemort –" Se detuvo a mitad de la frase ante el siseó en la ventana. "¿Algún problema, profesor Snape?"

"¿Por qué ustedes los malditos Gryffindors siempre dicen su nombre?"

"Porque Ya sabes quién suena infantil, y Quien no debe ser nombrado suena melodramático, como si Vincent Price estuviera diciéndolo en una de aquellas viejas películas de terror que mi abuelo solía ver." Miró a Snape por un largo rato. "¿Hay alguna razón por la que no debería decir su nombre?"

"Cuando alguien lleva la Marca," dijo el director, "escuchar el nombre causa dolor."

Hermione asintió.

"¿Su primer pensamiento fue ocultarse, pero sus amigos creyeron que él la encontraría?" preguntó el director.

"Sí. Aunque si fuera Obliviada –"

"El profesor Snape y yo ya discutimos esa posibilidad."

Ella miró a cada uno. "¿Lo hicieron? ¿Qué hay sobre el hechizo Fidelius?"

"Porque eso funcionó tan bien para los Potters," dijo Snape.

"Señorita Granger," dijo el director, "Tom la encontrará. De una u otra forma."

"¿Pero por qué?"

"Porque puede usar la amenaza de hacerle daño para llegar a Harry," dijo Dumbledore. "Si estoy en lo correcto, su inclusión en esta ley no es accidental. No es, como los Muggles dicen, daño colateral. Usted, señorita Granger, es la razón de esta Ley."

"¿Soy qué? Director, no entiendo."

"El Señor Tenebroso desea darla a un Mortífago," cortó Snape. "Más que seguro a Dolohov."

Hermione inhaló fuertemente. Dolohov. El mago que la maldijo en el Departamento de Misterios, quién le dejó una cicatriz permanente, quien casi la mata. "¿Por qué?"

"Porque puede, Señorita Granger," respondió Snape. "Porque les mostrará a sus seguidores lo que les pasa a los engreídos nacidos de Muggles que no saben cuál es su lugar. Y porque puede desequilibrar a Potter y denegarle su ayuda y su influencia moderadora. Sin usted, Potter es más que seguro que actuará apresuradamente y cometerá errores tontos."

Deber y DeterminaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora