Capítulo 15

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Le había robado. Le había prendido fuego. ¿Qué más iba a encontrar Severus que su esposa le había hecho en su diabólica niñez?

Se mantuvo alejado de cualquier libro que contuviera vergüenza. Captó vistazos del libro negro con plateado, pero lo ignoró. Quería que desarrollara seguridad, que se sintiera cómoda con él en su mente, generar confianza. Por ahora.

"Cuando miró en la mente de Potter y Weasley, ¿qué vio?" le preguntó al inicio de su cuarta lección de Occlumancia.

"Un desastre," dijo con una sonrisa nostálgica. "Era como la Sala de los Objetos Ocultos."

¿Por qué no le sorprendía que supiera de la existencia de esa sala? "Entonces, cuando un Legeremante vea su biblioteca, y no se tope con el tipo de desorden que encuentra en el cerebro de Potter, sabrá que está Occludiendo."

Ella asintió.

"¿Puede hacerme creer que no lo está?"

"He estado practicando, pero no sé qué tan convincente será."

"Muéstreme," dijo, y levantó su varita.

El desorden no era para nada tan malo como el de la mente de Potter – en la que Severus también había estado, desafortunadamente – pero era lo suficientemente aleatorio como para engañar a un Legeremante mediocre. No a él, y no al Señor Tenebroso. Solo a alguien con una habilidad apenas sobre la media, como Bellatrix (quien creía ser una maestra Legeremante, pero no lo era), se lo tragaría. Realmente era bastante impresionante para alguien que hasta hace poco había aprendido de forma autodidacta. No le diría eso, por supuesto. No sabía en qué estaba pensando cuando le dio ese ridículo y efusivo elogio en su primera lección, pero no dejaría que pasara de nuevo.

Escuché eso, se regodeó Granger. No lo dijo en voz alta, pero empujó el pensamiento para que él lo sintiera. No se había percatado de que podía hacer eso, ya que no lo había hecho anteriormente. Tampoco se había notado que podía sentir sus pensamientos de la forma como lo hacía. Podía escudarlos, por supuesto, pero no lo había creído necesario. Pensaba que mantener la fachada de no estar Occludiendo absorbería completamente su atención. En este punto de su entrenamiento, no tenía ni idea de que fuera capaz de hacer ambas cosas a la vez.

Vagó por el 'caos' cuidadosamente construido de su mente. Las emociones se arremolinaban aleatoriamente, sin ningún patrón discernible. Captó imágenes de Granger con un espacio entre los dientes en la primaria Muggle, Granger lanzando Sectumsempra en los maniquís de práctica hace unas semanas, una Granger un poco menor enviando una bandada de canarios asesinos a Weasley – él no escondió su risa ante esta escena – Granger con sus padres, con Potter, con una multitud de Weasleys en la Madriguera, con Viktor Krum – escondió su inesperado arrebato de celos ante la visión de la boca del patán búlgaro sobre ella.

Siguió moviéndose, observando a Granger en su segundo o tercer año, transfigurando fácilmente las cosas en el aula de Minerva mientras sus compañeros producían monstruosidades como tazas con colas. Resopló ante las tonterías que Granger tenía que escuchar cuando compartía habitación con Brown y Patil. Vio a Granger mandar a Dolores Umbridge a enfrentarse con los centauros, sin sentir el más mínimo remordimiento en ella, solo una sombría satisfacción.

Maldito infierno. Si el Señor Tenebroso tuviera idea de lo que estaba encontrando en Hermione Granger, la habría hecho un objetivo hace años.

Cuando Severus se retiró, Granger no se veía petulante, como había esperado. No estaba Occludiendo, pero la práctica de la Occlumancia había moderado su tendencia natural a mostrar sus emociones. Ahora, su expresión era neutral.

"Aceptable," dijo.

Ella asintió, no se veía desilusionada por no haberle dicho que era maravillosa.

"Las memorias que vi estaban ordenadas aleatoriamente," dijo. "Un Legeremante promedio no lo notaría, pero en una mente sin entrenamiento, uno encuentra una aparente aleatoriedad, y eso fue lo que asumió que era lo que vio en la mente de esos zoquetes."

"¿Aparente aleatoriedad?"

"Le mostraré. Lance el hechizo."

"¿Desea que yo...?"

"Que use Legeremancia en mí, sí."

Ella dudó.

"Le aseguro, Granger, que no verá nada que yo no desee que vea."

"Claro. Por supuesto." Tomó su varita, levantó su mano, pero dudó, sus dedos a unos pocos centímetros de su rostro. Él asintió y ella se lamió los labios, luego posó su mano en su mejilla. "Legilimens."

Él estaba enseñando Pociones de primer año, muerto de aburrimiento. La memoria cambió a una reunión de profesores, Albus parloteando, Severus aburrido. Luego estaba revisando ensayos, aburrido de nuevo, hasta que llegó al de Potter. Leyó, estrechando los ojos, luego tomó la pila de ensayos revisados, encontró el de Granger, lo ojeó, luego regresó al de Potter y garabateó una T roja en él.

Ahora Severus estaba observando un partido de Quidditch, percatándose de que sus túnicas estaban en llamas. Luego, en la cena de despedida, donde Albus anunciaba algún número infame de puntos para Gryffindor y robaba la Copa de las Casas una vez más. Después, él en la casa de los gritos con Granger y los zoquetes, el perro sarnoso y el hombre lobo.

Cuando Lupin se transforma, la memoria cambia, y un joven Severus está ante el Señor Tenebroso. Es desgarbado, con acné sobresaliendo en su pálido rostro. Está haciendo un enorme esfuerzo para no orinarse de miedo.

Es suficiente. Empujó el pensamiento, y ella se retiró. Parecía estar procesando lo que había visto, y él esperó.

"Son otra vez las emociones," dijo. "Unen los recuerdos, pero como las memorias contienen más de una emoción, los cambios son lo suficientemente rápidos como para parecer aleatorios."

Él asintió, esperando que continúe.

"Estaba aburrido en la primera de las memorias, pero luego estaba enojado cuando vio que Harry había copiado mi ensayo, y luego siguieron unos cuantos recuerdos de enojo, hasta que Remus se transformó y tuvo miedo, lo cuál llevó a la memoria del Señor Tenebroso."

"Sí."

"Y deliberadamente escogió memorias con más de una emoción, para que los cambios sucedieran y pareciera aleatorio."

"Sí. Ahora inténtelo."

"¿Puedo tomarme un momento para encontrar los recuerdos adecuados?"

"El Señor Tenebroso no le dará ni un minuto."

"Lo sé. Pero todavía estoy aprendiendo."

"Tómese un minuto, entonces." Dijo. "Aunque, casi es mediodía. Podemos continuar después del almuerzo."

Ella se levantó y se dirigió hacia la puerta.

"Pediré el almuerzo aquí," dijo. "Puede quedarse, si desea."

"¿Y dejar que la gente crea que estoy encadenada en su mazmorra sexual?" dijo, entonces salió por la puerta antes de que él pudiera ingeniar una respuesta.

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NA: Como siempre, estoy feliz de haber escrito tantos capítulos por anticipado cuando empecé a subir más seguido. Estoy teniendo una gran cantidad de problemas con el final. Estoy agradecida con mi maravillosa lectora beta, Turtlewexler, por decirme honestamente que el capítulo 47 no funcionaba. Estaba en lo correcto. Lo reescribí y ahora me gusta más. Todavía estoy luchando con algunos capítulos, pero ya casi.

Muchas gracias a todos ustedes quienes leen y comentan.

Deber y DeterminaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora