Capítulo 19

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Severus caminó silenciosamente a través de los pasillos desiertos en su ronda. Cuando se acercó a las escaleras movedizas, dudó. Planeaba revisar una vez más el quinto piso, pero estaba cansado. Que las pequeñas mierdas escurridizas se besuquearan detrás de la tapicería. No podía importarle menos, así que empezó a bajar en vez de subir, hacia sus habitaciones en las mazmorras.

Cuando recién se había casado con Granger, pasaba menos tiempo de lo normal en sus aposentos, extendiendo sus rondas para no estar donde ella estaba. Una vez que se dio cuenta de que ella estaba manteniéndose deliberadamente fuera de su camino, dejó de hacerlo, y a veces incluso regresaba temprano cuando ella todavía estaba ahí. No le importaba del todo su compañía, o la de su fea mascota, aunque lo negaría si le preguntaran. Nunca era acosado con preguntas, como había previsto. Sí, preguntó por la poción que le pidió terminar para él, pero cuando solo negó con la cabeza, lo aceptó sin decir más, y no volvió a preguntar.

Cuando desbloqueó y abrió la puerta, Granger estaba enroscada frente al fuego con su gato y todos sus libros y papeles regados alrededor suyo.

"Oh," dijo, y empezó a recoger. "Pensé que todavía estarías en las rondas."

"Está bien," dijo, señalando el desorden. "Quédate."

Dudó, luego regresó a su lectura, levantando la vista cuando él se sentó en la silla más cercana al fuego.

Severus miró fijamente a las llamas. "Si tuvieras que establecerte como una Señora Tenebrosa, gobernando a tus cobardes súbditos por la eternidad, ¿Qué objetos escogerías para asegurar tu inmortalidad?" Ante la risa sorpresiva de Granger, dijo, "y no digas que no querrías ser una Señora Tenebrosa. Lo eres. Supéralo. Ahora, ¿cuáles son tus Horrocruxes?"

"Bueno," respondió. "Supongo que escogería cosas que fueran, primero, indestructibles, o casi. Quiero decir, no una banana o un cachorrito Kneazle."

"¿Una banana o un cachorrito? ¿Esas son las cosas que te vienen a la mente como Horrocruxes?"

"Estaba diciendo que no usaría como un Horrocrux. ¿Acaso no escuchas, Severus?"

"Lo siento, pero eres una completa mierda como Señora Tenebrosa."

Ante esto, ella rio fuertemente. "Claro, por supuesto. Dios. La sola idea."

"¿No hay ni una pequeñísima parte tuya a la que le gustaría metérselo a todos los que alguna vez te menospreciaron?"

Una sombra cruzó su rostro. "Una muy, muy, muy pequeñísima parte. Pero no querría ni lanzarles un Crucio."

Severus asintió. "Como dije. Completa mierda."

"¿Y debo suponer que tú serías un Señor Tenebroso espectacular?"

"Mejor que tú, de todos modos," respondió.

"¿A quién te gustaría hacer sufrir?"

El Señor Tenebroso actual sería el primero de su lista, pero decirle eso a Granger sería añadir una cosa más a la lista de cosas a Obliviar. Pettigrew segundo, Bellatrix tercera, Dolohov cuarto, y Albus quinto. Definitivamente no le diría eso a Granger. "¿Por qué me lo contaste?" preguntó en cambio.

"¿Sobre los Horrocruxes, quieres decir?"

"Sí. Traicionaste la confianza de Potter al hacerlo."

Ella se mordió el labio. "No lo llamaría exactamente de esa forma."

"¿Cómo lo llamarías? Él te contó un secreto con la condición de que no me dirías. Pero lo hiciste."

"Tal vez la próxima vez no lo haga," resopló.

"Hermione," dijo gentilmente. "No estoy criticando tu elección. Solo estoy tratando de entenderla."

"El director cree que Harry sería mejor que tú encontrando y destruyendo los Horrocruxes," dijo. "Eso es una locura."

"Tal vez Albus no confía en mí tanto como confía en Potter."

"Entonces es un tonto."

"Así que, ¿crees saber más que Albus Dumbledore?" preguntó.

"¿Con respecto a si se puede confiar en ti?" preguntó ella. "Sí. No en general, por supuesto. Pero creo saber más que Harry, y también creo que sabes más que Dumbledore."

Bueno, tenía que darle la razón en eso. "¿Qué pasa si estás equivocada? ¿Qué pasa si estoy haciendo exactamente lo que le dije al Señor Tenebroso que estoy haciendo? ¿Ganándome tu confianza para que traiciones a Potter y yo pueda traicionarlos a ambos para beneficio del Señor Tenebroso?"

"Entonces supongo que soy más idiota que Crabbe o Goyle," dijo.

"Era una pregunta seria."

"Muy bien," dijo, mirándolo por un largo rato. "Si ese fuera tu objetivo, habrías hecho cosas diferentes a las que has hecho."

"¿Qué habría hecho?"

"Seducirme."

"¿Qué?"

"Piénsalo. Aquí estoy, una pequeña y patética empollona sin nada de experiencia sexual, y tú – tu cabeza probablemente rebosante con toda clase de depravadas y perversas artimañas de Mortífago que yo jamás vería venir. Combina esas técnicas diabólicas de seducción con ser bueno conmigo, de la forma en que lo has estado haciendo, y serías capaz de lograrlo. Pero ni siquiera has intentado. Y tampoco creo que solo sea porque soy una asquerosa Sangresucia. Lo siento," dijo rápidamente, viendo su destello de ira. "Olvidé que te desagradaba el término, aunque el hecho de que lo haga te hace ser un Mortífago bastante mediocre. Pero incluso si fueras un imbécil purista de la sangre como el resto de ellos, solo pretendiendo no serlo, hubieras puesto a un lado tus prejuicios y hecho lo necesario para conquistarme."

Él se quedó viéndola fijamente, sin palabras.

"Pero no lo hiciste. En vez de eso, has sido completamente un caballero. Un Mortífago leal nunca lo hubiese sido."

"Tal vez no lo intenté porque sabía que la bruja más brillante de su generación habría visto de lejos esa maniobra." Se inclinó hacia ella, con ese timbre de voz impecable. "Tal vez soy un Mortífago tan astuto que te he convencido de mi comportamiento caballeroso y de que no soy un Mortífago leal."

"Esto realmente es una hipótesis muy retorcida, ¿no?"

"Bienvenida al juego del espionaje, Hermione."

"Es bastante extenuante. Y frustrante. No cabe duda de por qué estás de mal humor todo el tiempo."

Él rio.

"Aunque ya no seas así, últimamente," reflexionó. "Supongo que lo eres, cuando estás en clase, y como solo te veía en clases..." Su voz fue apagándose, mirándolo tanto tiempo que creyó que debería Occludir para no empezar a inquietarse. "Todo es un acto. La forma como eres conmigo, no eres tú intentando ganarte mi confianza. Solo eres realmente tú, y lo que vi durante seis años era una actuación."

"A menos que te haya hecho creer eso para seducirte."

Ella suspiró. "¿Supongo que lo tendrás que hacer, eventualmente, o no?"

"¿Cómo?"

"El Señor Tenebroso te está dando tiempo para ganarte mi confianza. Eventualmente, va a querer ver que has sido un buen Mortífago y me has puesto bajo tu control, ¿o no?"

Él observó el fuego.

"¿O no?" repitió. Cuando él no contestó, dijo, "quiero practicar Occlumancia."

"Es tarde."

"Al Señor Tenebroso no le importará si estoy cansada, y no me importa si tú lo estás. Hazlo."

"Mandona," dijo, y entonces entró en su mente sin varita o encantamiento, atravesando sus pensamientos con más fuerza de lo acostumbrado, mientras ella luchaba por distraerlo.

Deber y DeterminaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora