Capítulo 32

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"¿Sabes a qué hora debes tener la migraña?" preguntó Severus, sosteniendo la puerta abierta para ella.

Hermione asintió. Iban a irse temprano para que Severus pudiera ponerse su túnica de Mortíago y estar listo en el momento que fuera convocado.

Estuvo callada mientras caminaban por el pasillo y las escaleras de las mazmorras. En una repetición de esa noche que ella no recordaba, Dolohov la violó. Pero no pasó, no realmente. Así como el Señor Tenebroso no torturó y mató a Lucius Malfoy la versión anterior de hoy. Esta tarde él se había sentado, sonriendo y bromeando y quejándose sobre que su estúpida túnica de seda ahora olía a entrañas de basilisco. Pero no estaba muerto, al igual que ella no había sido violada. No le había pasado realmente. No a esta versión de ella, de todas formas.

Echó un vistazo a Severus, que caminaba a su lado. Le pasó a él, sin embargo. Tuvo que verlo, no una, sino dos veces, gracias al fragmento del alma podrida de Tom Riddle atrapada en esa diadema.

Slughorn saludó con la cabeza cuando llegaron. Él solía hacer todo un alboroto por estas cosas. Ahora que el viento parecía soplar en favor del Señor Tenebroso, Slughorn se comportaba como si pudiera contraer alguna enfermedad si se acercaba mucho a ella. Incluso parecía evitar a Harry, su anterior protegido.

Era casi insoportable para Hermione ver a Harry ahora, sabiendo que la cicatriz en su frente llevaba un fragmento del alma del Señor Tenebroso, y que no había forma de sacarlo. ¿O lo había? ¿Había alguna forma de remover un Horrocrux de un ser viviente?

Harry, ajeno a lo que había dentro de él, comenzó a sonreírle de la forma como normalmente lo hacía, luego la miró por segunda vez. Cierto. El vestido.

"Hola Harry, Luna," dijo.

"Te ves hermosa, Hermione," respondió Luna, después miró a Severus, que hablaba con alguien a quien Hermione no conocía, unos metros más allá. "Tú y el profesor Snape se ven lindos juntos."

Harry comenzó a toser cuando su bebida se fue por el lado equivocado. "Maldita sea, Luna. Las cosas que dices."

Luna sonrió serenamente. "Son una pareja adorable, Harry."

Harry se veía como si fuese a vomitar. Hermione apretó la mano de Luna y se fue a mezclar con los demás, como Slughorn siempre los instaba a hacer. Era una extraña sensación, saber que hoy, por primera vez en cuatro días, lo que dijera e hiciera importaba porque otras personas lo recordarían.

Ella socializó, escuchó más de lo que habló, y echó vistazos ocasionales a Harry o Severus, a Harry porque no podía dejar de pensar en el Horrocrux, y a Severus porque se veía tan bien en su túnica de gala que casi no podía quitarle los ojos de encima.

Cuando una bruja de uno de los países balcánicos - ¿Bosnia? ¿Eslovenia? Hermione la había conocido hace un rato, pero no podía recordar – puso su mano sobre el brazo de Severus y se inclinó hacia él, riendo, Hermione sintió sus dedos apretar fuertemente su copa.

Luna estaba en lo correcto. Eran una pareja adorable. Hermione los había visto a los dos en el espejo de la entrada de Slughorn cuando llegaron, y fue sorprendida por lo bien que se veían juntos, vestidos como lo estaban, ambos haciendo esfuerzos con sus cabellos para que el de ella no se viera tan desordenado y el suyo no se viera tan liso como siempre.

Pero adorables o no, realmente no eran una pareja. Esto solo era temporal. Severus lo decía bastante seguido.

La bruja croata - ¿o serbia? – se acercó a Severus nuevamente, y Hermione revisó la hora. Se suponía que debía esperar otros diez minutos antes de tener el dolor de cabeza, pero estaba harta de la hospitalidad untuosa de Slughorn y de todas esas personas pretenciosas, especialmente de esa fulana balcánica manoseando a su marido.

Deber y DeterminaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora