Capítulo 43

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NT: Estamos en la recta final.

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"De nuevo" exigió Severus.

Hermione echó hacia atrás su cabeza, una cascada de risos negros cayó sobre su apretado corsé, mientras lanzaba una risa desquiciada.

"Perfecto. Has logrado captar su risa correctamente." Gracias a Dios. Se había pasado casi una hora reproduciendo recuerdos de Bellatrix en su mente y estaba completamente asqueado.

"¿No estás sorprendido, Snape? Nuestro señor no pone su confianza en incompetentes." Se detuvo como si estuviera recordando algo, luego entrecerró los ojos ahumados y pasó una de las garras rojas por su barbilla. "Oh, espera. De hecho, en tu caso, hizo una excepción." Le dio la espalda y se alejó, balanceándose perfectamente en unos tacones modificados mágicamente, bamboleando las caderas.

Severus se estremeció. "He creado un monstruo."

Hermione lo miró sobre su hombro. "Querías que me mantuviera en el personaje, Sevvy. No te quejes cuando consigues lo que quieres." Con una sacudida de rizos, caminó hasta el sofá y se sentó. Cruzó las piernas, dejando que la seda negra subiera por su muslo, luego miró a Severus de la misma forma que un gato a un ratón atrapado.

Mientras lo miraba, la poción Multijugos se desvaneció y sus rizos pasaron de negros a marrones. Todavía no se había deshecho el hechizo de los labios rojos, las uñas o el maquillaje de ojos dramático, tampoco la provocativa túnica se había transfigurado en sus jeans y su camiseta, así que lucía perturbadoramente una mezcla entre su yo real y Bellatrix. Severus había pensado erróneamente que necesitaría ver más recuerdos de la enloquecida bruja para ser capaz de imitar su forma de hablar y su lenguaje corporal.

Ella miró el vial de poción. "¿Necesito hacerlo otra vez?"

"No, estás lista."

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"Bella, mi más leal servidora, ven conmigo."

"Como desee mi señor." Hermione se acercó al monstruo sobre los tacones de Bellatrix, moviendo las caderas como hacía la otra bruja, teniendo cuidado de esconder su disgusto ante la cara sin nariz y la piel escamosa del Señor Tenebroso. Él la rodeó con uno de sus brazos, apretando sus caderas con su larga y huesuda mano mientras ella se obligaba a no temblar.

"¿Quién eres, pequeña?"

¿Quién? Su corazón martilleaba en su pecho y apenas podía respirar. Sin querer, miró a Severus, aterrorizada. El monstruo siguió su mirada y su rostro se retorció en lo que parecía casi como una sonrisa. Señaló con su varita a Severus y dijo, "Incarcerus. Expelliarmus." Mientras las cuerdas mágicas ataban a Severus, su varita volaba hacia la mano del Señor Tenebroso.

Entonces el Señor Tenebroso entró en su mente. Ella puso el escudo biblioteca en su lugar, sin molestarse en ocultar que estaba Occludiendo. Él arrancó algunos libros al azar, permaneciendo solo lo suficiente para ver de qué eran las memorias. Cuando se retiró de su mente, dejándola con la cabeza palpitando, miró a Severus. "No recuerdo haberte pedido que trajeras a tu mugrosa Sangresucia esta noche, Severus. Pero ya que lo hiciste, estoy seguro de que podemos encontrar algo entretenido que hacer con ella."

Ante la serie de jadeos y exclamaciones de "¡Potter!" que brotó desde un lado de la habitación, Hermione se giró para ver a Harry transformándose de Rodolphus Lestrange a su yo real. Al igual que Severus, estaba atado con cuerdas mágicas. Desde la parte posterior de la habitación, Dolohov y Macnair arrastraron a Lucius y Narcisa Malfoy igualmente atados y los pusieron al lado de Severus. Hermione sentía que empezaba a hiperventilar, pero se obligó a tomar pequeñas inspiraciones. Severus, Lucius, Narcisa y ella, todos tenían una dosis de la poción de rehacer el tiempo. Si ninguno de ellos la tomaba ya sea por estar muertos o al menos incapacitados, no habría una segunda oportunidad.

Deber y DeterminaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora