Simone.Me voltea la cara cuando su mano choca en mi mejilla.
Cierro los ojos y me muerdo el labio inferior, intentando aguantarme.
La miro fijamente, no aparta la mirada de mí, me desafía con esta.
Esta preciosa con ese vestido blanco. Antes, cuando la conocí, casi siempre vestía de oscuro.
Desde que la he visto, no he podido apartar la mirada de ella. Mucho menos cuando bailaba.
Tampoco he podido resistirme a mandar a uno de los porteros a que los separe cuando sus labios han tocado otros que no son los míos.
—¿Qué pasa, Simone? ¿A caso estás celoso?— da un paso quedando tan cerca de mí que casi nuestros pechos chocan y respiraciones se mezclan. Estamos en una cercanía peligrosa. Me llega el olor a alcohol de su boca.
—¿De ese inútil?— suelto una carcajada—. Nunca.
—¿Por qué actúas así? Parece que te ha molestado que me bese con él.
—No me ha molestado. Lo único, que no me gusta que vayan por ahí en mi discoteca metiéndose mano y mucho menos que lleguen a más.Oh, claro que me ha jodido, pero no sé lo voy a demostrar. Y solo ha sido un beso, pero un beso que ella y yo nos dimos en nuestro momento y sé lo que viene después de él. Aunque sé que él nunca conseguirá lo que yo tuve.
—¿Me estás tratando de zorra?
—¡En ningún momento te he llamado algo así!— respondo alterado y cabreado porque ha pensado eso. Desde que la conocí nunca he dicho ni pensado algo así de ella.Se separa. Me mira desde arriba hacia abajo y poco a poco se le forma una sonrisa ladina en el rostro.
Ay, no. Eso no pinta nada bien. No me gusta.
Se da la vuelta haciendo que su pelo choque en mi cara y me hace cerrar los ojos, vuelve al chico, separa al portero de su lado, lo agarra por la camisa y vuelve a estampar su boca con la de él.
Aprieto la mandíbula y las manos a mis lados.
Me mira de reojo aún besándolo. Al separarse, lo coge de la mano y veo sus intenciones de largarse de aquí con él.
Relájate, Simone— intento calmarme—. Ya no somos nada. Por mi culpa no somos nada. Ni siquiera podemos ser amigos. No podemos estar juntos sin cabrearnos o lanzarnos alguna indirecta o alguna miradita. Tengo que dejar que se vaya, tal vez es buena persona él, mientras la haga feliz.
Desaparecen de mi vista. Cierro los ojos y me aprieto el puente de la nariz.
Una mano se apoya en mi hombro desde atrás, abro los ojos y frunzo el ceño mirando a la dueña de la mano.
—Ve por ella— sigo sin entenderla—. ¿No entiendes o qué?
—Carla, no quisiste ayudarme cuando te pedí ayuda— miro por donde se fue—. Tal vez es mejor que la deje vivir su vida sin mí.
—¿Y vas a huir como hiciste? Ese tal Teo no me cae bien. No es para mi amiga. Ve, no dejes que se vaya con él.
—Pero...
—¡Cállate! ¿¡Quieres intentar ganarte su amor otra vez!?— asiento— ¡Pues haz lo que te estoy diciendo! Y rápido que no te da tiempo.Me da una palmadita en la espalda y me empuja para que salga de aquí.
Esta tía está fatal de la cabeza. Al principio se negó y ahora me obliga a ir a por su amiga.
Sonrío sin poder evitarlo y salgo de este sitio en busca de la pelinegra. Miro hacia todos lados buscándola hasta que su cuerpo me llama como si estuviésemos conectados. Voy corriendo cuando la veo abrir la puerta de un coche, antes de que pueda volver a cerrarla, la agarro de la mano y la saco.
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Un corazón robado. (Segunda parte de "Un beso robado")
Teen Fiction(2ª parte de "Un beso robado") Después de dos años, Sofia ya parece haber olvidado a Simone; o tal vez es lo que quiere creer. A ella todo le está yendo de maravilla: trabaja en lo que le gusta, sigue estudiando, tiene a sus amigos... Él volverá, y...