CAPÍTULO 17

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Simone.

Cuando volvimos a casa después de ver la Torre de Pisa y lo demás, tuvimos la suerte de que, aunque ya era por la mañana, nadie estaba despierto y nos fuimos a nuestras habitaciones sin intentar hacer ruido, pero no salió muy bien porque mientras subíamos las escaleras yo le tocaba el culo y dejaba besos en su cuello y eso la hacía reír.

Cuando llegué a mi habitación me dejé caer en la cama boca arriba y sonreí como un tonto sin poder evitarlo.

💋

El maldito móvil comienza a sonar, interrumpiendo el sueño que tenía.

Suelto un gruñido, me pongo la almohada en la cara y pataleo mientras me quejo.

El aparato se calla, pero no tarda en volver a sonar.

Tiro la almohada al suelo y, con los ojos pegados, me estiro para alcanzar el móvil, pero se me resbala de las manos y cae al suelo.

Cazzo— maldigo y me estiro más para cogerlo.

Cuando lo agarro, le doy para descolgar y me lo llevo a la oreja, justo cuando abro la boca para hablar este vuelve a sonar y lo aparto rápidamente. Al parecer no lo he descolgado.

Me aseguro de que ahora sí y vuelvo a hacer lo mismo para ahora poder responder de mala gana:

Chi?

Chi ?=¿quién?

¡Simone!— la alegre voz de mi padre me despierta del tirón, haciendo que me incorpore en la cama.
Papà!
—¿Te acabas de despertar? Son las dos del medio día.

Me aparto el móvil para ver la hora y tiene razón.

Me parece raro que nadie me haya despertado.

—Sí, anoche me acosté tarde. ¿Qué pasa? ¿Querías algo, papá?
—Sí, era por si podías venir a la empresa, pero si te acabas de despertar y estás sin comer entonces no.
—No, no pasa nada. Me visto rápido y como por algún lado.
—Por cierto, ¿Sofía está aquí también?

¿Cómo se ha enterado? ¿Se lo habrá dicho la Nonna? Sí, supongo que sí.

No sé cómo, pero cualquiera de mi entorno se entera de algo que tenga que ver conmigo. ¿A caso me tienen controlado? O ¿tienen a gente espiándome?

—Sí, está aquí.
—Tengo ganas de verla, pero no sé si ella también las tendrá después de vuestra ruptura.
—Eso fue hace dos años y fue culpa mía, yo sé que ella no os odia ni nada por el estilo.
—Pronto me pasaré por allí para verla. Te espero aquí— de fondo se escucha la voz de alguien llamándolo—. Te dejo, hay trabajo.

Y con eso, me cuelga.

Me dejo caer otra vez en la cama y me froto la cara.

Si me quedo un solo minuto más así voy a dormirme y no llegaré al trabajo.

💋

Me miro en el espejo del baño y me retoco un poco más el pelo, intentando que quede repeinado para atrás y que la gomina no deje escapar a ninguno pelito.

Un corazón robado.                          (Segunda parte de "Un beso robado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora