CAPÍTULO 12

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Nota: los que os habéis saltado algunas partes, ¿podríais ir y estar un ratito o leerlas para que me cuente cómo que lo han leído? Gracias.♥️
¡Ya he cambiado el título y las portadas de las dos historias! Ya no es "Después de ti", ahora es: "Un corazón robado". Bueno, os dejo con Simone.

Simone.

¡Andiamo, andiamo, andiamo!— la voz del pesado de Carlo me despierta.

Andiamo= vamos.

Suelto un gruñido.

Me giro en la cama e intento alcanzar con la punta de los dedos el móvil. Cuando lo enciendo veo que son las 9:00 de la mañana.

¿¡Quién me despierta a estas horas en verano!? Bastante tengo con madrugar cuando tengo que ir a a trabajar a la empresa.

—¡Vete a la mierda, Carlo!— le grito y me tapo la cabeza con la almohada.

Cuando otra vez estoy cogiendo el sueño, me vuelve a despertar, pero esta vez son golpes fuertes en la puerta y gritos de él diciendo que bajemos a desayunar.

Pataleo como un niño pequeño y tiro la almohada al suelo, enfadado.

Me siento y me quedo mirando embobado la chancla que hay tirada en el suelo.

Me levanto y me dirijo al armario para coger un pantalón. Miro hacia abajo.

Mejor voy primero al baño a que el amiguito baje.

Ni me ducho esta mañana, no tengo ganas.

Ahora sí, me pongo el pantalón y bajo las escaleras agarrándome a la baranda para no caerme.

—Como el desayuno esté quemado o me digáis que lo tengo que hacer yo, la lío— advierto.
—¿Quieres ver cómo te dejo sin comer, idiota?

Cuando llego a la cocina la veo.

Va en pijama corto. Tiene las manos en jara, un moño alto y desordenado, una radiante sonrisa en su rostro y no paso desapercibido las gotitas de masa que hay salpicadas por su cara, pelo y cuerpo.

El estúpido que me ha despertado está a su lado, sin camiseta y manchado más que ella.

Al parecer se han levantado de buen humor y han cocinado.

Me rio al ver cómo están estos dos.

Todos están sentados en la mesa grande, en pijamas y con los ojos pegados por el sueño. Al parecer no soy al único que han despertado.

Me siento al lado de Diego, le doy un golpe flojo en el brazo y me fulmina con la mirada.

Al parecer él y Sergio se han integrado bien con todos nosotros. Sobre todo con Alonzo, Adri, Carlo y Luka que son a los que menos conocían.

Ahora que lo pienso somos un grupo grande de amigos. O eso creo que somos, aunque a Diego creo que no le caigo muy bien y apenas me conoce.

La mesa ya está preparada, solo hace falta la comida, la cual no tarda en llegar.

Los "cocineros" llegan con platos llenos de tortitas. Sofía se posa a mi lado, su muslo casi roza con mi codo, se inclina y deja un plato lleno para Diego, Sergio y yo. Se voltea y pasa por detrás de mí, no puedo evitar echar la cabeza hacia atrás con disimulo y luego voltearla cuando sigue andando; y... madre mía.

Se le ven los cachetes del culo con esos pantalones tan cortos.

Cierro los ojos fuerte, me lamo el labio inferior y luego lo muerdo.

Un corazón robado.                          (Segunda parte de "Un beso robado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora