X. Así como las hojas

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Kim Taehyung

Así como las hojas secas cayeron tan rápido como en viento en otoño, también el invierno llegó. El ambiente frío podía sentirse aún dentro de casa.

Las clases terminaron por un tiempo y llegaron las vacaciones de invierno. Afortunadamente gracias al abrazador frío que había estado haciendo en las últimas semanas, mi hermano había terminado de molestar con las secciones de yoga y meditación en las madrugadas.

Aún en vacaciones me tuve que levantar temprano, papá había ido a trabajar como siempre lo hacía, y mamá nos arrastró al centro comercial.

Siempre supe que mamá era una amante de las tradiciones y costumbres familiares, faltaban 18 días para navidad y habíamos venido para comprar unas luces nuevas para decorar la casa, pero al final terminó comprando más que eso. Demasiadas luces que harían que nuestra casa pareciera la misma tienda departamental donde las exhibían, y también muchas esferas.

Al final se fue a comprar regalos apesar de que dijimos que no era necesario, ni siquiera nos dejó acompañarla ya que dijo que todo debía ser sorpresa.

Estábamos sentados los tres, Hoseok, Helena y yo en una banca cerca del gran pino adornado en el medio del centro comercial.

——Vamos a ir a comprar algo de comer, ¿Quieres algo? —ofreció.

——No tengo hambre —negué, aún con la mirada fija en la fuente con luces delante de mi—. Iré a comprarle un regalo a Jimin mientras regresan. —Recordé que no le había comprado nada y me levanté—. Nos vemos aquí luego —el asintió y cada uno se fue por su lado.

Pasé por varias tiendas viendo cada una. Jimin no necesitaba más ropa, tenía demasiada y siempre se quejaba de que ya no cabía en su armario, tampoco le gustaba usar perfume o demasiado maquillaje.

Y lo recordé, era algo que tenía en exceso también, pero estaba seguro de que le encantaría tener más, peluches, todo su cuarto estaba lleno de peluches de todo tipo, le encantaban. Fuí hacia una tienda algo grande que vendía ese tipo de cosas, había demasiados peluches, me costó elegir, pero al final me decidí por una gran tortuga de colores.

Salí de la tienda después de haber pagado y en el camino de regreso recibí una llamada de mi hermano.

No me dí cuenta de que en realidad me había tardado más de lo que pensaba, ellos ya estaban en el auto esperando a que llegara, habían salido sin mi.

A la salida pude ver a dos mujeres que vivían a unas cuadras de mi casa, ellas tenían solo unos pocos años más que mi madre, se les veía muy entretenidas charlando. Pasé junto a ellas e hice una pequeña señal con la cabeza para no interrumpirlas y ellas correspondieron con un ligero asentimiendo interrumpiendo por unos escasos segundos su conversación y luego volver a ella.

——Uno nunca sabe las desgracias que pueden pasar. Cómo el hijo de los Choi.

El hijo de los Choi, repitió una voz en mi mente dejando eco.

¿Hablaban del hermano de Jungkook verdad?

—No puedo imaginar lo que habrá de estar pasando ahora su madre, ambos hijos fallecieron en el mismo año. Pobres...

Fue como si todo en mi cuerpo no respondiera, como si mis pulmones se hubieran quedado sin aire así como así y sin la capacidad de respirar correctamente. Todo fue más lento, hasta que fue todo borroso y luego oscuro.

¿Cómo es morir? ¿Será como esas veces cuando tienes tanto sueño que caes dormido en cualquier momento? Solo cierras las ojos y no sabes nada más.

Cuando desperté y abrí los ojos el exceso de luz en aquella habitación de hospital lastimó mi vista, tomé unos segundo en acostumbrarme a ella y luego ví a Helena a mi lado. Estaba sentada en una silla y reclinada apoyando su cabeza sobre las sábanas blancas que también me cubrían a mi. Estaba profundamente dormida y ni siquiera se dió cuenta de que ya había despertado.

Moví mi mano hacia su hombro y lo moví ligeramente para despertarla, lo hizo de inmediato en un sobresalto. Y dijo: Ya despertaste.

Luego mi hermano entró al cuarto y llamaron al doctor. Tenía que esperar un rato a qué el suero se terminara para que pudiera ir a casa de nuevo.

Mis padres llegaron unos minutos después preocupados, me hicieron tantas preguntas que ni siquiera sabía cuál debía responder primero.

Cuando estuve más consciente no supe si todo aquello había sido un sueño tal vez. Los rumores corren rápido, "los dos hijos de la familia Choi murieron el mismo año".

Pregunté a muchas personas pero nadie parecía saber nada sobre aquello que yo decía. Mis padres también investigaron, tampoco encontraron nada.

¿En serio había sido un sueño?

No dije nada de lo que había escuchado, al llegar del hospital tampoco me apetecía comer.

¿Qué era lo que debía creer?

Las personas dicen muchas cosas, los rumores van y viene de boca en boca, cada persona escucha lo que quiere y todo se deforma.

Pero seguro el estaba bien y solo era una exageración o un sueño mío, el debía estar en Carolina del Norte comiendo con toda su familia.

Si fuera verdad, seguro ya lo sabría, tal vez por Jiyu reclamando y tratando de hacer mi vida una mierda, o si fue lo suficientemente relevante, las noticias de las mañanas que mi papá siempre veía.

La pregunta de si era cierto o no fue reemplazada después con la pregunta de qué, si era verdad, como había pasado.

Esa noche soñé con Yeonjun, esa sonrisa en su rostro después del largo camino que habíamos recorrido para llegar a la cima de esa alta montaña. Lo peligrosamente que se acercó a la orilla y mis pies sin poder articular un solo movimiento.

Al principio pensé que solo estaba jugando como siempre, que quería hacerme poner los nervios de punta y disfrutar mi frustración mientras reía escandalosamente burlándose de mí.

Todavía Tenemos Que Pedir PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora