XIII. Te pareces a el

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Vió hacia afuera en cuanto oyó los toques sobre los autos. Había empezando a llover justo ese día mientras esperaba en la sala de espera del consultorio para su siguiente cita.

——Parece que estaremos un rato aquí.

Escuchó una voz a su lado que lo asustó y giró para  encontrarse con un chico de pelo algo largo y rubio, un color muy claro que casi podría ser blanco en su totalidad. ¿En qué momento había llegado ahí? Era como si hubiera aparecido con el chasquido de dos dedos así como así.

Y su rostro... Su rostro era tan familiar. Su voz también lo era.

El estaba sentado con una pierna sobre la otra, leyendo una de las revistas que estaban el la mesa.

——Esto es muy interesante —dijo como si nada, fingiendo concentración en lo que leía.

——¿Una revista de moda es interesante?

——¿Es una revista de moda? —la cerró y miró la portada extrañado y soltó una risa que sonó con mucho aire—. Pensé que era una revista de los trajes más extravagantes del mundo. Me gustaría ir con esto a la iglesia para ver qué me dice el pastor —dijo mostrando un traje voluminoso y de colores variados.

Aquel comentario hizo reír a Taehyung, algo que no había logrado casi nadie en mucho tiempo, una sonrisa verdadera que no pudo evitar que saliera.

——Llevas mucho tiempo aquí —habló de nuevo, aunque no era una pregunta.

——Solo unos diez minutos.

——No me refiero a cuánto tiempo llevas esperando. Me refiero a que llevas tomando consulta mucho tiempo. —Tomó otra revista.

——¿Me acosas? Yo nunca te había visto aquí.

——No se si podría llamarse así. Llevo aquí un mes y los expedientes no están tan bien guardados, ¿Sabes?

——Por Dios, claro que me acosas. —Abrió la boca indignado.

——¿Tienes alguna especie de trastorno obsesivo compulsivo? —preguntó de la nada, tratando de saber el motivo de asistir a consulta durante tanto tiempo.

——No tengo un TOC. ¿Y qué me dices de ti? ¿Qué guardas en esas bolsas? —preguntó refiriéndose a los enormes sacos de color oscuro debajo de los ojos del rubio.

——No dormí bien a noche.

——Anoche, antenoche, la noche anterior a esa y todas las noches durante meses. ¿Tienes problemas para dormir?

——Mi expediente psiquiátrico sigue siendo privado —dijo con un tono cantado, pasando página por página—. Tu pareces un integrante de la familia Malfoy.

——¿La familia Malfoy?

——Si, ¿Te pintaste un mechón de cabello de blanco por eso? Se ve bien.

——No es un tinte, es el color natural. Nací con esto.

—Creo que he escuchado algo de ello. Cómo los animales que son albinos —asintió pensativo—. Me llamo Jeon Jungkook, ¿Y tú? —extendió su mano para que el contrario la estrechara.

Jungkook... Jungkook ¿Jeon?

—¿J-Jungkook? —titubeó al repetir ese nombre.

——Si. ¿Pasa algo?

——N-no... Es solo que... Conocí a alguien con el mismo nombre antes, tenía otro apellido. Tu te pareces a el. Mi nombre es Kim Taehyung —lo dijo muy rápido, cuando explicando su inocencia, nervioso.

Era como si ese nombre  lo adentrara a algún lugar desconocido.

Era como cerrar los ojos y entrar en coma. Un sueño profundo.



—Tae... Tae —repetía para que le prestará atención.

—¿Qué pasa? —no era nítido, no podía ver a la persona frente a el.

—Iremos con Yeonjun a la montaña en las vacaciones.

—No quiero ir. Además tu no estás en buena salud, si te sientes mal después entonces no podrás salir.

—Estoy bien.

...


Te odio —sonó como un eco en una cueva profunda.

Porque las personas cambian. Ni tú, ni yo podemos esperar que todo siga igual después de un tiempo.




—¿Te encuentras bien? —aquella voz preocupada hizo que saliera de ese trance—. Me duele la cabeza. Me tengo que ir —dejó la revista sobre la mesa y tomó su mochila, cortando la conversación en seco. Era tan raro.

—Pero está lloviendo —objetó señalando hacia afuera, dónde las gotas de agua caían sin querer detenerse.

—No importa, no voy muy lejos.

Lo vió marcharse, detrás de la cortina de agua que se desplegaba desde lo alto de cielo gris. Aquella sensación de perdida que en ese momento no pudo entender, volvió a repetirse, como un tornado que llegaba a destruir todo y luego se iba dejando todo en calma, pero en total desastre.

Resulta que como el había dicho, los expedientes no estaban muy bien escondidos.

Estaba seguro que eso no estaba del todo bien, pero que más daba, Jeon había revisado el suyo con descaro.

Jeon Jungkook no podía dormir, no desde hace seis meses no había mucha información, no había un motivo aparente en el expediente.

No habían encontrado una razón por la cual no podía dormir. Había tomado medicamentos para ello, sirvieron al principio, después de un tiempo ya no. La dosis ya no se podía aumentar, ahora entendía porque las ojeras dejado de sus ojos se veían así.

Después de la consulta se fue a casa, ya estaba lloviendo muy poco. Durante el resto del día pensó en aquella persona que había conocido en la sala de espera.

Había hablado con el doctor sobre sus pequeñas vacaciones y el dijo que estaba muy bien que quisiera hacer eso, que le ayudaría.

Cuando llegó a casa Hoseok ya estaba iniciando los preparativos, incluso había empacado las cosas de todos para irse al siguiente día. No cabía duda de que estaba en su totalidad entusiasmado por el viaje.

Había alquilado un convertible. Se le había subido el azúcar al cerebro de la emoción y estaba exagerando un poco mucho, los preparativos.









Todavía Tenemos Que Pedir PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora