—¡Jungkook hyung! —le dió un golpe en el hombro al mayor, más fuerte de lo que había estado haciendo desde hace unos segundos. Logró hacerlo reaccionar por fin.
—¿Eh? Ah... ¿Qué pasa? —volvió a la realidad y miró al contrario.
—Toqué la puerta pero no contestabas, así que entré y te ví mirando ese dibujo en la pared, parecías hipnotizado —explicó—. La cena ya está lista, mi madre dice que vengas a comer. Ya deja de ver ese dibujo y ven.
——Hoy comí tarde, dile a la señora Min que muchas gracias, pero que hoy no cenaré.
——Está bien, espero que duermas bien —dijo lo mismo que le decía todas las noches, porque todas las noches deseaba que Jungkook pudiera descansar mejor. Después salió de la habitación y bajó las escaleras.
Se fue a la cama cerca de la media noche, después de mirar directo al dibujo de la caja de música por unos minutos, su ojo se fueron cerrando de manera involuntaria, fundiéndose en un profundo sueño.
——¡Tae! Oye, ¿Al menos puedes explicarme?
——Déjame en paz Jungkook.
Las imágenes eran tan claras, como un recuerdo, como un dolor de cabeza.
——No quiero perderte, Tae. ¿No entiendes? Ya no puedo perder a nadie más.
——Y yo no puedo fingir sentir algo que no siento, tampoco podría engañarte de esa manera. ¿No lo entiendes? Yo tampoco quiero perder a nadie más, por eso es mejor si nos separamos ahora.
——¿Es por qué tienes miedo? Te lo he dicho muchas veces, yo no me iré, no te olvidaré y nunca te odiaré, no podría hacerlo. ¿No lo entiendes?
Y sus ojos empezaron a soltar lágrimas.
——No digas eso, no puedes saberlo. Eres libre de ir a dónde quieras, puedes odiarme, te aseguro que puedes. Así que Jungkook, adiós.
——¡Tae! ¡Tae!
——¡Taehyung! —pronunció soltando más aire de lo normal, haciendo que su voz se amortiguara. Su respiración estaba alterada y su cuerpo frío y sonrió una lágrima caer desde su ojo hasta su barbilla.
Arrastró con la mano el pelo que caía por su cara hacia atrás, su frente estaba mojada con gotas de sudor a pesar de que todo su cuerpo estuviera frío.
Tomó su celular sobre la mesa de noche y revisó la hora; eran las tres cuarenta y tres de la madrugada.
Después de aquello no pudo dormir más. Pasaron unos minutos en los que solo miraba al techo, cuando su celular sonó, indicando que alguien llamaba. Confundido lo tomó, pues no se le podía ocurrir quién podría estar llamando a esa hora, la única posibilidad eran sus padres, pero ellos ya sabían que la hora no era igual en ambos países.
Leyó el nombre y recordó cuando le había dado su número. Su corazón se aceleró, aunque trató que se calmara.
——¿Taehyung?
——Jungkook —dijo de manera golpeada —. ¿Dónde estás?
——Eh... En casa. ¿Qué pasa?
——No te vayas todavía, espérame ahí —colgó si darle una oportunidad al contrario de preguntar algo más.
El rubio no entendía ni un poco, no sabía a qué se refería cuando le dijo que no se fuera todavía y cuál era la urgencia por ir a verlo a tales horas. Taehyung ni siquiera quería verlo cuando iban a clases, ¿Entonces por qué tan derrepente quería verlo? ¿Y como sabía dónde estaba su casa?
Se puso un pantalón diferente al de la pijama y un abrigo, después salió de la casa con cuidado de no hacer el más mínimo ruido que pudiera despertar a la familia Min.
Se sentó en el pórtico de la casa, esperando a que llegara. No pasó mucho tiempo cuando por fin lo vió, pero en en lugar de girar hacia la izquierda hacia dónde el vivía temporalmente, había girado hacia la derecha, hacia la casa de en frente. Esa casa estaba vacía, no había vivido nadie ahí desde hace un tiempo por lo que había podido notar.
Se paró y fue hacia el a pasó rápido antes de que llegara a tocar la puerta de la otra casa.
——¿Qué haces aquí? —no obtuvo una respuesta, pero lo que si obtuvo fue algo más cálido, unos brazos rodeandolo, un cuerpo que se aferraba al suyo sin querer alejarse.
——Por favor, no te vayas. Fue mi culpa, lo siento mucho.
Entonces lo comprendió.
——Taehyung, mírame —lo alejó un poco, lo suficiente para que pudiera ver su rostro—. ¿En realidad sabes quién soy? Dí mi apellido y nombre —decía mientras lo tomaba de los hombros, no logrando apartarlo por completo.
——Choi Jungkook —dijo entre sollozos.
El rubio hizo una mueca apenas distinguible y suspiró al no saber que hacer en esa situación.
——Esta bien. Vamos, te llevaré a tu casa, no me voy a iré a ningún lado. —Estaba a punto de cruzar la calle de nuevo sintió el agarre en su brazo.
——No me dejes.
Esa frase hizo un “click” dentro de su cabeza, uno que desató un fuerte dolor de cabeza, llevó una mano a un costado y cerró los ojos por el malestar que se hacía más y más fuerte, expandiéndose a una gran velocidad.
Entonces, ante el quejido de dolor que había soltado el rubio, por fin Taehyung pudo estar consciente de su entorno, aunque estaba confundido por el hecho de cómo era que había llegado hasta ahí, cuando lo último que recordaba era haber estado en su habitación a punto de ir a dormir.
Se preocupó al notar el dolor que estaba sintiendo el contrario.
——¿Qué te pasa?
——Me duele mucho la cabeza —dijo aún con su mano a un costado de está y apretando ligeramente los párpados
——¿Oye?
Poco a poco su cuerpo perdió la fuerza y se sumió en la inconciencia.
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Todavía Tenemos Que Pedir Perdón
FanfictionPorque las personas cambian. Porque las personas olvidan. Las disculpas nunca llegaron Empezada: 14.09.2021