Mi esposo.
Deán estaba acostado sosteniéndome contra su pecho, sin ánimo de soltarme. Con una expresión muy serena, con sus cabellos yendo en cualquier dirección, lo que lo hacía ver más guapo de lo que ya era. Viéndolo así, jamás podrías imaginar que fuera alguien que pudiera guardar tanto odio.
Cuando desperté y lo ví a él en mi habitación, automáticamente se me arrugó el ceño, no sabía porque estaba ahí. Luego recordé las caricias, las palabras tiernas. Y me encontré sonriendo.
Me zafe de su agarre como pude y él se quejó, pero no despertó. Observé el reloj en la mesita de noche, eran las 5:40am, baje a hacer el desayuno y comí, dejando la parte de Deán guardada, me bañe y me vestí. Para eso Deán seguía durmiendo, lo moví esperando que despertara, pero solo se quejó y cambió de posición. Suspire, creí que al despertar se encontraría confundido al no saber donde estaba así que le escribí una nota, que dejé sobre la mesita de noche, esperando que la leyera.
Salí en dirección a la empresa, me sentía cansada en el buen sentido. Hoy era un día de muchos en los que no me sentía rota, sino como liberada. Y es que ese hombre con el que desperté era muy dulce si se lo proponía. Lo cual me sorprendió muchísimo, me trató como si yo fuese una pieza del museo, susurrándome todas las palabras bonitas que encontraba llegando así al final de una travesía intensa.
Escuche el ruido de un claxon y me di cuenta de que el semáforo en el que me había detenido ya estaba en verde.
Anoche por más que tuviera sueño no podía dormir, estuve dando vueltas en la cama, hasta que decidí levantarme por un vaso con jugo, encontrándome así con un Deán viendo muy centrado la lluvia caer, al parecer no era la única que no podía dormir.Saqué el jugo y estaba bebiendo cuando me di cuenta de su rostro, tenía cara de haber visto algo alucinante, seguí su mirada y me di cuenta que era a mí y note el porque me miraba así. Había olvidado que solo andaba en ropa interior y con un suéter. Mi mente automáticamente me mandó a cubrirme con la isla que me llegaba a la cintura. No sabía exactamente porque, ya que él me había visto sin un ápice de ropa, ahora venía el recato, no. Bueno aunque eso no fue mi culpa. Quería decir algo, pero las palabras no salieron de mi boca.
Entonces él se acercó al lavaplatos donde dejó la taza que tenía en manos y comenzó a caminar, yo imite su gesto dejando el vaso en el lavaplatos, y dirigiéndome a mi habitación, cuando no me di cuenta por la oscuridad en la que yacíamos que él se había detenido. Y por ende yo choque contra su dura espalda, lo que me hizo sacar un quejido, haciendo que él se volteara para checar que estaba bien, me tomó de la mano y ese simple toqué me hizo sentir una especie de electricidad. Un relámpago iluminó todo , al mismo tiempo que yo sentía muy resecos los labios, pase la lengua dejándolos húmedos y ví a Deán seguir ese moviendo, siguiéndole que me atrajera besándome como si no hubiera un mañana, quería resistirme, pero ese hombre bajó todas mis defensas, en una milésima de segundo y me encontré besándole con la misma necesidad. Me cargó y nos llevó hasta mi habitación.
Me había dicho, que no pasaría nada en el plan romántico y yo estaba más que de acuerdo con eso. Además hace unos días el hombre me odiaba a morir, no creo que eso haya cambiado de un momento a otro, por eso comenzar con una relación ahora no estaría bien. Así que yo iba a alejarme un poco, y esperaba que él lo hiciera. Porque ya me di cuenta que no soy indiferente cuando se trata de él, una frase bien dicha y ahí estaba. Que bruta.
Llegue a la oficina y bajé.
- Buenos días. – iba saludando a quien me encontrara, como todos los días.
Antes de llegar a mi oficina, pase por la de Nat.
- Buenos días esclavo. – dije sonriendo. Él solo me miró cansino detrás de su escritorio.
- Hola señora. – sonreí.
- Oh no tengo esa prueba y tú no estuviste presente así que no te consta.
- Lo que me consta es que tengo mucho sueño. – mis cejas se juntaron levemente.
- Por qué.
- Jonah quería que jugáramos Plantas vrs Zombis, sabes a qué hora nos dormimos.
- Sabiendo que era Plantas vrs Zombis, muy de madrugada.
- Nos dormimos a las 5. – sabía perfectamente lo que era jugar contra Jonah, él ganaba y te daban esas ganas de querer patearle el trasero, embaucándote y dejándote como un completo perdedor.
- Lamento tu pérdida.
- Esa es otra cosa, perdí todas las partidas. – comencé a reír.
- Mira niña eso no es cosa de risa. – Me dijo muy serio. – Mejor dime como te fue de regreso.Nat no sabía la historia completamente, solo les había dicho que quería estar con ellos unos días porque ya los extrañaba. En mi tono de voz denotaba verdad y me creyeron. Así que el día que volví les dije, que ya era hora de irme. Aceptaron no muy ganosos, pasábamos jugando cualquier cosa, y eso era lo increíble de mis hermanos. Ellos dejaban que yo experimentara con ellos, o al revés ellos experimentaban conmigo. Una vez me maquillaron y no saben el desastre que se armó. Los amaba.
- Todo bien, ya sabes nada nuevo. – huy si claro, pero yo no iba a decirle a mi hermano lo que había pasado entre el narcisista y yo.
- Te veo alegre, así que te creo.
- Sí.
- Tienes mucho trabajo hoy.
- Puede, pero no te preocupes dentro de un rato te mando un poco para que me ayudes. – él solo me observó con los ojos entrecerrados.
- Ahora ven aquí que no me has saludado. – me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Aún no se había levantado de su silla. El me jaló y quede sentada en sus piernas, luego comenzó a hacerme cosquillas. No otra vez.
- Para, Nat para, please.
- No hasta que prometas que no me vas a dar más trabajo.
- No, - él seguía torturándome. – bien, bien. No te daré más trabajo por una hora. – no se detuvo. – bien por dos horas. – aún seguía. – bien, bien. Por tres días. – ya era algo. – suéltame. Tenía que dejar de dar opciones muy desventajosas para mí.
- Bueno, algo es algo. – dijo suspirando y me soltó. Yo me aleje lo más posible de él.
- Te odio. – dije al otro lado de su escritorio.
- Sí yo también, a veces. Ahora me dejas trabajar. – dijo serio y se acercó por su silla al escritorio. Tomé un papelito arrugado, de su escritorio. Lo hice una bolita y se la lancé. Le dio en la cabeza.
- En ese papel había información valiosa sabías. – preguntó serio, sonreí culpable. - Trata de unir los pedazos – dije.Salí corriendo antes de que quisiera vengarse. Había ido por una cosa a la oficina de mi hermano, una cosa. Y terminé, prometiéndole que no le daría trabajo por tres días. Solo a mí se me ocurre. Tuve que llamarlo, porque no me iba a arriesgar a volver a su oficina y que saliera con un mes cargado de trabajo.
- Qué. – preguntó calmado.
- Tenemos que ir a ver como va lo de Armando.
- Bien paso por ti dentro de media hora.
- Bueno – colgué.El día anterior habíamos ido a revisar el espacio y estaba muy bueno, así que hoy empezaríamos con la instalación del panel.
Estuvimos viendo que todo estuviera bien. Después regresamos a la oficina. Íbamos los tres, yo iba en el asiento de atrás porque estar cerca de esas fieras era muy peligroso. Se habían reído cuando le dije a Jonah que él se fuera de copiloto, se me quedaron viendo raro, luego les dije que yo no iba a compartir asiento con ellos y comenzaron a reír. Yo subí al asiento de atrás muy feliz de saber que estaba segura. Pasaron todo el camino molestándome. Un día eres el que se ríe de los demás y al día siguiente tú eres la causa de su risa, pero no me sentía mal.
Llegamos a la oficina, no sentí el tiempo entre papeles y cuando ví ya eran las 5pm así que me fui a casa. Al llegar me encontré con Deán en el sillón, apenas si me habló. No le puse mucha importancia, pero así fue el resto de los días. Ya pasado dos semanas yo estaba algo agotada, me la pasaba de junta en junta y no era la única, mis hermanos estaban igual, pero era lo que nos gustaba así que no quedaba de otra.
Estaba acostada en mi cama jugando parchís cuando recibí una llamada, no quería contestar porque entonces la cochinada me iba a poner en auto y a veces no te ayudaba mucho, pero no dejaban de llamar. Yo esperaba que ya no insistiera, ya solo me faltaban diez casillas para meter la última ficha. Y estábamos muy parejos todos así que sería como lo que definiría al ganador, pero no, siguió insistiendo. Contesté.
- Qué. – dije exasperada.
- Hola, cómo estás. – pues enojada.
- Para qué me has llamado.
- Quieres salir hoy. – ya que, ya imaginaba que había perdido.
- Está bien.
- Bien. – dijo y me colgó.Ví la pantalla con miedo después de colgar y me habían comido mi ficha. Ah carajo.
Así que ahí estaba yo viendo al culpable, de mi derrota en parchís hablarme de su día. Cuando escuche mi nombre.- Júpiter. – Esto se iba a poner feo.
***
Bien hasta ahora lo dejaré aquí, pero ahora sí. Prometo actualizar más seguido. Así que chao, nos vemos.Love💚
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Insomnios En Tu Piel
Mystery / Thriller¿Qué sucede si juntas al resentimiento y a los fantasmas del pasado? Eres invitado a descubrir la respuesta en esta historia.