Capítulo 17

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Estaba saliendo mejor de lo que esperaba. El lugar, el clima, los invitados. Todo, y estaba disfrutando de la noche. Hasta que Fernando llegó con la loca idea de tomar fotos en familia y en pareja, obvio. Tocó acceder, me sentí un poco incómoda en las que nos tomó a ambos, porque a ley quería una donde nos estuviéramos besando. Tampoco fue como que le haya metido la lengua, solo presión de labios y ya, pero yo no era nada de ese tipo, claro su esposa, pero solo legalmente. Luego de terminar con las fotos empezamos a caminar hacia nuestra mesa, pero nos interrumpió el grito que alguien dio, bueno fue mi nombre lo que gritó. Ariel.

- Júpiter. - volteamos.


- Ariel, Camilo, que alegría verlos aquí. - dije con una sonrisa, yo de hecho estaba muy sorprendida, porque claro yo no los invite.


- Oh querida no sabíamos que te ibas a casar, ni siquiera sabia que tenias novio, hasta que ví la invitación. Y ahora te veo junto a esta galán. Que magnífica sorpresa. Se han ganado la lotería, al tenerse el uno al otro. Jamás creí que este día llegaría. - sonreí, Deán tenía cara de confusión. Claro, que se iba a imaginar que nos conociéramos, y antes de responder mi esposo me interrumpió.


- No sabía que ustedes se conocían.


- Oh sí, Júpiter es...


- Eloy - volteé, Fernando que estaba junto a un señor ya algo mayor, lo había llamado.


- Oh lo siento, luego hablamos. - se disculpó.


- No hay problema. - dijo Ariel con una sonrisa, ella siempre estaba sonriendo.


- Es un gusto tenerlos aquí.


- Gracias, Eloy. Tan caballeroso como siempre, es una dicha verte. Por cierto Júpiter, - Deán se retiró y yo me quede hablando con ellos, no me molestaba. - y dónde está Nate, tengo rato de no verlo. Quería hablar con él.


- Sí, él no pudo asistir, tuvo un vuelo de emergencia.


- En serio, que pena. Eso es muy triste, ustedes que son muy unidos. - dijo Ariel con tono angustiado. Y era cierto, extrañaba mucho a mi hermano, pero qué podía hacer, si él ya estaba montado en un avión.


- Sí, ya sabes el trabajo nunca descansa, en unos días estará de vuelta.


- Y hasta dónde se fue.


- Italia, hubo un percance, pero al llegar él, se solucionara.

Estuvimos un rato más hablando, de la boda, felicitándome cada que se acordaban. Y hablando de otras cosas. Me disculpe y me dirigí al baño, entré y ví que estaba vacío. Me asome al espejo y me ví a los ojos, toda la chispa de felicidad se había esfumado. Esperaba volviera pronto porque tenía...

- Lo conseguiste, no. - apareció la prima de Deán, la que fue dama en la boda.


- Disculpa.


- Qué hiciste para conseguir que se casara contigo, - se llevó las manos a la boca en asombro. - estás embarazada. - comencé a reír, no había tenido que hacer nada, a mí me habían arrastrado a él.


- No, no lo estoy y si lo estuviera no es de tu incumbencia. - me miró mal.


- Nadie jamás lo había logrado siquiera para estar meses juntos. Y de repente apareces tú de la nada, y él es el hombre más feliz y lo primero que hace es pedirte matrimonio. - sonó ardida.


- Que asco amiga, es tu primo. - ella me vio con algo de asombro, luego se vio al espejo arreglando su maquillaje, ignorándome.


- No sé de que hablas - se hizo la desentendida.


- Bien mira, yo no te conozco. Y espero siga así, pero tendrás que hacerte la idea de que ese chico, al que nadie pudo tener ni por meses, ahora será el que pase conmigo el tiempo que sea hasta que se acabe lo que pasa entre nosotros. - centró su mirada en mí, y sus ojos se dilataron. Oh se molestó la muchachita.


- No te hagas muchas ilusiones, en unos meses se aburrirá de ti, entonces te dejara y buscará a alguien más. - dijo con superioridad.


- Pues esa no serás tú, querida.


- No me caes bien. - dijo dolida, no encontró mejores palabras para responderme.


- No necesito, y tampoco busco hacerlo. - salí de ese baño con la cara en alto. Estaba demente si pensaba que me iba a dejar humillar.

Salí del baño y me encontré con unas personas muy agradables, nos pusimos a platicar, pidieron que nos tomáramos fotos y pues no me pude negar. De repente escuche como salía el Rock And Roll de las bocinas, me quite los tacones, jale a mi hermano a la pista y nos siguieron algunos primos y comenzamos a bailar. De un momento a otro Deán apareció entre la multitud que ya se encontraba en la pista de baile. Y así transcurrió la noche, entre risas, baile y celebración.

Llegó el momento de partir, me había cambiado el vestido por una playera blanca y un short blanco a rayas azules. Mis tacones por unos Nike blancos, me había quitado el velo y me había soltado el cabello, me caía en ondas por toda la espalda hasta debajo de mi cintura. Deán había cambiado su traje por una playera a rayas y un pantalón negro. Sus zapatos por unas Vans blancas. Y se puso un gorrito negro. Este hombre era muy friolento, aunque esta noche no hacia mucho frío, supongo que para complementar su look.

Salimos a la recepción y nos despedimos de nuestras familias. Quince minutos después nos dirigimos al aeropuerto, eran las 4am, y yo que decía que viajar a las 10pm era peligroso, ahora a sumarle que apenas si hemos dormido. Luego de unos cuarenta y cinco minutos estábamos llegando al aeropuerto sanos y salvos. Baje mi maleta del auto y le ayude al niño ese a bajar la suya, porque estaba buscando algo y no lo encontraba.

- Toma. - le di su maleta cuando ya pudo salir del auto.


- Gracias. - dijo en un susurro.

Pasamos a la sala de espera porque nuestro vuelo salía a las 5am, mientras eso pasaba me acerque a una cafetería y pedí dos cafés con leche. A esta hora el clima se ponía bastante frío y Deán había comenzado a temblar, ligeramente. Le tendí el café que compre para él.

- Ten.


- Qué


- Toma el café, te hará entrar en calor. - solo me vio por unos segundos que parecieron eternos, debatiéndose entre aceptar o no, pero al final terminó aceptándolo.

Antes de dejar las maletas para que las subieran saque una gabardina para mí y otra para Deán, porque el joven no lo había podido hacer, andaba algo ido. No sabía que le pasaba. Yo toda una esposa preocupada, lo que hace el lidear con niños. Él, aún medio temblaba. Le puse su gabardina cubriendo sus hombros. Volteó a ver a mi brazo intrigado.

- Es la tuya. - le dije y él solo había asentido.

Escuchamos el llamado para nuestro avión. Subimos y me di cuenta que lo que tenía descolocado al narcisista a mi lado, era que le tenía miedo a los aviones.

- Tranquilo, no va a pasar nada. - él se pasaba el pulgar derecho por su labio inferior.


- Qué, dijiste algo. - suspire.


- Todo va estar bien, en lo que menos esperes estaremos aterrizando. - él solo me vio dudoso. Quién lo diría. Nuestro macho alfa le tenía miedo a los aviones.

El avión despegó y Deán cerró los ojos, le pase una pastilla para relajar los nervios que apenas si me recibió, es más le obligue a tomársela. Aún seguía algo tenso, así que respire profundo y tome su mano, esperaba funcionara porque su estado me ponía ansiosa. Abrió los ojos y se quedó viendo nuestras manos, yo solo lo ignore, pero no había soltado el agarre. Al rato se durmió quedando sobre mi hombro y yo me sentía más tranquila, como iba del lado de la ventana, me puse a ver el paisaje. Me encantaba hacer eso cada vez que viajaba. Ojala el niño no le tuviera miedo a esto, porque lo podría despertar y mostrarle toda esta belleza, pero entonces se pondría ansioso arrastrándome al mismo estado que él, así que mejor así. Sin complicaciones.

***
Hey cómo andan?
Yo estoy mucho mejor, gracias.
Pero ya saben, cuentenme que les pareció, los leo. Ah y si te gustó puedes dejar tu ⭐



Love💚



Insomnios En Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora