Capítulo 8

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Sentía un poco de frío a pesar de traer Jeans, tenis calientitos y una sudadera de cuello alto negra. No quise vestirme formal, total solo veníamos a buscar los muebles para la casa.

Hoy hacía mucho frío, estaba lloviendo súper recio, me puse una gorra antes de salir, porque no encontré mis gorros. Cuando salí de mi casa solo había un poco de niebla y algo de llovizna, pero de un momento a otro esto se había convertido en una tremenda tormenta. Júpiter era otra historia. Al contrario de mí ella llevaba una blusa manga larga blanca, Jeans y tenis negros. Llevaba una gabardina gris pero se la quitó porque sentía calor y se amarró el cabello en un moño por un rato, al rato se lo soltó de nuevo. Ella era muy rara o yo estaba enfermo, nah ella era la enferma. Cargaba la gabardina colgando del brazo izquierdo.

Estaba a un poquito de decirle que me prestara su gabardina, pero estaba seguro que no me quedaría ya que ella era más delgada que yo, y eso que yo realmente era delgado. Desde siempre he sido así, antes me atiborraba de comida solo para intentar engordar, pero no pasó. Así que al final me acepte y mejor comencé a ir al gimnasio para tener forma. Claro que ella era delgada pero con una súper figura, lastima que fuera tan tonta. Además no me iba a rebajar por tan solo sentir un poco de frío.

Estábamos viendo los comedores, ya que lo primero que se utilizaría sería la cocina. En esta lo único que faltaba era el comedor ya que las encimeras y la isla ya estaba. Y desde luego los platos y todos los utensilios.

- Este les podría brindar la comodidad que ustedes están buscando. - el asesor con una sonrisa nos indicó uno que estaba a un lado.

Eso había dicho de los diez anteriores y aun no nos decidíamos. De plano él estaba igual de desesperado por dentro, porque ya llevábamos rato aquí.

Así que ví a Júpiter para ver que opinaba pero me encontré con que ella estaba viendo algo con una sombra de admiración, así que dirigí la vista hasta ahí. Pude entender su asombro, más adelante había un comedor de vidrio pero que no resaltaba porque era un poco inusual, eran raras las personas que se detenían en ella, y varias pasaban de largo sin llamarles la atención. La mesa estaba sostenida por dos "v", una horizontal y una vertical. La superficie era vidrio y las sillas eran sostenidas por un cuadrado transparente, era precioso, pero me di cuenta de que desde que ella llegó había estado algo distraída y casi no prestaba atención, solo negaba cuando yo le mostraba algo. No era que su opinión fuera a hacer algún cambio si yo decidía que eso quería, pero al menos por cortesía.

Está demás decir que ese fue el que escogimos, al menos en algo estábamos de acuerdo con ella. Hasta ví la cara de alegría del asesor al deshacerse de nosotros. Teníamos que escoger los muebles para la sala y la lluvia no había cesado.

Yo ya estaba desesperándome no me gustaba estar demasiado tiempo junto a esa tonta chica. Y ya llevaba más de media hora en algo que se suponía debía durar quince minutos.
Me percate de que estaba solo, la niña mimada esa se me había desaparecido. Di vuelta a mi alrededor, pero no la ví, escuche unos pasos y entonces ví a Júpiter acercarse mientras traía un ligera sonrisa y eso me irritaba.

- Sabías que aquí también venden muebles para salas, sofás, mesas y todo la cosa.
- No, no lo sabía. Sino no estaríamos aquí parados desde hace más de veinte minutos. - la ví hacer una cara rara, como de desconcierto. Me dio gracia, pero no me reiría frente a ella.
- Bueno te quedaras aquí esperando a que baje la lluvia o iras a ver.
- Vamos - total no tenía nada mejor que hacer.

En efecto, tenían una sección para muebles de sala. Nos pusimos a buscar y hasta compramos un sillón muy bonito que quedaría perfecto en el sótano.

La casa era enorme, estaba el garaje donde cabían unos cuatro autos, la cocina era grandísima, la sala era el doble de la cocina. En el primer piso estaba la sala, la cocina, el cuarto de lavado y el de limpieza, que se habían convertido en uno, ya que Júpiter dio la gran idea. Aunque nos ahorramos bastante espacio, en lo que se iba a hacer el cuarto de servicio, ahora era un cuarto de baño. A veces la muchachita era lista, tenia sus momentos.

Insomnios En Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora