Capítulo 31

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Ese día en especial me sentía mucho más agotado que otros, y me sentía molesto. Suspire y retorne de vuelta a casa. Ese día había salido muy temprano porque quería salir de lo mismo de siempre. Ni siquiera había desayunado como se me había hecho costumbre. Así que había tenido la grandiosa idea de ir a la playa, había manejado alrededor de una hora y media, hasta llegar a mi destino, desayune y luego de un rato de solo disfrutar de la brisa me dispuse a meterme al mar. Todo estaba bien, el problema era ver tanta gente feliz y yo hundiéndome en desgracia. Parejas, familias, amigos o solitarios, pero todos estaban felices y eso me hizo sentir peor, así que solo estuve un rato nadando dentro de esas refrescantes olas. Regrese al restaurante y almorcé, ya viendo aue el atardecer estaba a poco de caer decidí volver. Para ese momento yo estaba llegando a mi casa, baje del auto y subí a mi habitación.

Estuve revisando las redes sociales un rato, era raro meterme a las redes, casi nunca lo hacía. Me bañe para quitarme los restos de sal que me habían quedado, sentía una leve comezón. Me vestí y baje a la cocina por un yogurt, la casa estaba muy solitaria aunque se encontrara Júpiter en ella. No la había visto, pero sí a su auto estacionado en el garaje.

Júpiter era muy alegre, ella siempre tenía música puesta, y siempre tenía una sonrisa en el rostro, no sabía porque, pero ella siempre sonreía. A veces, solo a veces creía que ella no era la persona que yo pensaba, pero entonces ella aparecía con alguna cosa que la hiciera ver como lo superficial que era, como alguna compra nueva y no sé porque razón ese pensamiento se esfumaba y volvía al odio habitual. No podía hacer otra cosa.

🍃🍃🍃

Mi trabajo me gustaba, pero me agotaba mucho, aparte estábamos teniendo un pequeño problema en el punto comercial. Esperaba que se resolviera pronto. Además los días lunes había un poco más de movimiento, que otros días.

Hasta ese momento yo me encontraba con la cabeza a reventar del odioso dolor que tenía, por salud decidí retirarme e ir a casa. Al llegar me encontré con Júpiter en la sala, viendo una película. Tenía puesto un short negro muy pequeño, si es que a eso se le podía llamar short, dejaba completamente a la vista sus largas piernas, y una playera demasiado grande para ella, de color roja. Que a mi parecer por la luz que entraba por la pared, de vidrio, la hacía brillar y me lastimaba la vista, creo que lo sentía así por el dolor de cabeza que cargaba. Ella volteó y se me quedó viendo, al tiempo en el que la cabeza me dio un tirón, me lleve la mano derecha a la cabeza y con la otra me sostuve en la pared, ella se levantó rápido caminado hacía mí.

- Te encuentras bien. Quieres que te de un poco de agua.
- No, solo... quiero que salgas de mi vista. Y si puedes de mi vida, mucho mejor. - la escuche suspirar.
- Siéntate, llamaré a un doctor.
- Qué no me escuchas. Te quiero lejos de mí, es más no me toques. - dije zafando mi muñeca de su pequeña mano que la rodeaba.
- Bien, ya no te tocaré, pero siéntate te pondrás peor.
- Solo lárgate. - le grite. Ella se sobresaltó. Y se puso seria.
- Quieres que me vaya. - preguntó.
- Sí, ya no quiero verte la cara de niña mimada, solo vete, no quiero saber nada ti. - ella sonrió sin gracia, y metió un mechón de cabello tras su oreja.
- Bien. - fue lo único que escuche y la ví subir la escalera a su habitación.

Yo me senté en el sillón y a los minutos la ví bajar con una maleta en cada mano y una mochila en su espalda; salir de la casa y cerrar tras su paso, escuche su auto ser encendido y luego ya no lo escuche más.
Ella se había ido, me había hecho caso, se fue con sus maletas. Me dejó.

Deje de pensar en eso y subí a darme una ducha larga, de esas en donde se te arruga la piel pura pasita por estar demasiado tiempo bajo el agua.

Al día siguiente me levanté haciendo mi rutina. Ya vestido baje a la cocina a desayunar, Lupita se encontraba con el ceño fruncido.

Insomnios En Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora