Estaba nervioso, muy nervioso. No sabía como iba a reaccionar esa chica. Hasta el momento se había mostrado impasible en las discusiones, quería saber como reaccionaria ante esto. Pero eso no quitaba que me pusiera muy nervioso al no saber si tendría que llamar a los bomberos.
Ya estaba en eso, y no me echaría para atrás, así que me pegue más a Adeline. Y entonces Júpiter apareció en nuestra visión. Iba algo apresurada. Iba vestida con unos Jeans desgastados y una camiseta de tirantes negra, en el brazo llevaba una chaqueta de cuero, negra.
- Buenos días. – dijo en general.
Yo hice como que no la escuche y enganche un dedo en el cabello de Adeline, que estaba nerviosa, y la entendía. Yo también me sentía igual, pero lo estaba controlando bien. Solo Lupita le respondió. Viéndome con los ojos entrecerrados y negando con la cabeza.
- Hola hija, cómo amaneciste. – le preguntó, y ella estaba tomando un vaso con jugo de naranja.
- Muy bien Lupita, tú qué tal. – dijo agarrando una manzana de la nevera. Al fin me dispuse a levantar la vista.
- Ah buenos días Júpiter no te había visto. – me vio y luego a Adeline, como que hasta ese momento se dio cuenta de que ella estaba ahí.
- Hola Deán. Y...
- Ah ella es Adeline. – se le quedó viendo unos dos segundos que sentí eternos. Luego sonrió, entonces su celular sonó y ella lo sacó para ver y entonces se apresuró.
- Te veo luego Lupita, - se acercó a Lupita y le dio un beso en la mejilla. – chau, Deán. Y Adeline fue un gusto. – le sonrió, pero no era una sonrisa hipócrita era una sonrisa sincera. La más sincera que he visto en años.Se dio la vuelta y salió, hasta ese momento me di cuenta que llevaba una mochila de cuero colgando de su hombro izquierdo.
Quedé perplejo, ella no dijo nada acerca de lo que había visto. Qué le sucedía. Bueno yo de estar en su lugar posiblemente habría reaccionado de la misma manera, o tal vez yo si le habría hecho una escenita. Nos quedamos viendo los tres. Y luego de un rato Lupita sonrió.
- Esa en mi niña. – dijo y salió de la cocina.
Volteé a ver a Adeline, que estaba como en un trance. Hasta que después de unos segundos reaccionó.
- Sentí la muerte muy cerca. Ya no me vuelvas a hacer pasar eso, por favor.
- No, tranquila ya no lo harás.
- Sabes me sorprendió mucho, creí que comenzaría a gritarme, me arrastraría por toda su casa y luego me tiraría a los perros.
- Sí, esa era la reacción que yo estaba esperando. – se me quedó viendo con la boca abierta.
- Eloy. – se quejó, y me dio un manotazo.
- Hay lo siento. Es que esperaba algo parecido, pero en cambio ella te sonrió muy alegremente.
- Sí, que raro. Yo admito que estando en su lugar hubiera despelucado a la tipa y castrado a mi marido.
- Oye, tranquila. – se encogió de hombros.- Ella es peculiar.
- Y hermosísima, – me le quede viendo de reojo. – no sé como estás mal con esa belleza. Cuántos años tiene se mira muy joven.
- Verdad que sí.
- Sí. Y ni siquiera iba maquillada. – suspiró. – Deberías de intentar arreglar las cosas con ella. No está bien que una pareja de recién casados a las semanas estén mal.
- Lo intentare. – Sonreí.
- Por qué no sé supo nada de tu compromiso y menos de tu casamiento. – preguntó acomodándose en el taburete.
- Porque ella no quería que nuestra boda se convirtiera en un evento público. Entiendes.
- Sí, quién querría. Le entiendo, lo que una quiere ese día es disfrutar de uno de sus mayores logros con los que amas. No, haciendo entrevistas con periodistas.
- Sí, creo que ese es el punto, no. Compartir con tus familiares y amigos.Terminamos de desayunar y luego fuimos a dar una vuelta por Antigua, regresamos por su equipaje, el que había armado improvisadamente. Y la lleve al aeropuerto para que regresara junto a su familia.
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Insomnios En Tu Piel
Детектив / Триллер¿Qué sucede si juntas al resentimiento y a los fantasmas del pasado? Eres invitado a descubrir la respuesta en esta historia.