Capítulo 36

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- Corre, corre...

Escuchaba los gritos de todos los de mi equipo, estaba a unos cuantos pasos de la meta. Estábamos jugando bate patada. Amaba jugarlo junto a mi familia. Estábamos en casa de la abuela, tenía un patio súper grande.

Ella era el árbitro. Había pateado muy fuerte la pelota y estaba siendo perseguida por un Nat con ganas sacarme del juego, pero para su desgracia llegue a la base inicial antes de tocarme con la pelota. Mis hermanos estaban en el equipo contrario junto a Ronald y los hijos del tío Aarón.

En mi equipo estaba la tía Rene, el tío Aarón, el esposo de mi prima mayor y los hijos de la tía Rene. Nosotros íbamos ganando, estábamos jugando bajo la lluvia, que había comenzado a caer recio. Los demás que no estaban jugando, eran los hinchas de los equipos. Claro que estaban divididos, cada uno quería que ganara uno diferente.

El esposo de la tía Rene se me acercó.

- Estás muy bien. – le sonreí, lo quería mucho, la mayoría de mi familia me ha apoyado siempre, más en mis momentos de mis crisis existenciales.

- Estoy bien. – dije segura. Él era psicólogo y me había ayudado muchísimo. Más en este tiempo que él sabía el golpe era más fuerte, pero me sentía bien.

- Me alegro hija.

- Gracias. – dije abrazándolo, yo estaba empapada por la lluvia y él comenzaba a mojarse.

Al fin nuestro equipo ganó, habíamos estado agarrando la costumbre de jugar cada domingo, después de comer, fútbol, bate, tenta-poste, etc. Por desgracia teníamos que volver ese día, porque al día siguiente teníamos trabajo. Cenamos todos juntos, la prima que vivía en Antigua se quedaba y se iba hasta el día siguiente, ya que ella no trabajaba, estaba de vacaciones.

- Cómo va todo con tu matrimonio hija. – preguntó la tía Margot.

- Todo bien tía. – dije comiendo.

- Me alegro, hija. Espero sean muy felices y que pronto lo tengamos el placer de reunirnos con él. – felices, felices... definamos felices. Sonreí.

- Claro que sí.

- Oye no has subido ninguna foto juntos. – inquirió el tío Ronald. Nat me miró con cara de: "te lo dije".

- Bueno ambos hemos estado muy ocupados, y no tenemos suficiente tiempo de estar en las redes. – dije sonriendo, esperando todo el mundo me creyera y evitando el último comentario de mi tía.

- Pero esta semana estuviste muy activa. – casi muero atragantada, de nuevo.

- Sí, pero...

- Hay ya sabemos como es ella de reservada. No la molestes. – dijo mi tía Rene. La amaba.

- Yo que tú primita subiría fotos juntos seguido para marcar territorio. – dijo prima, y su esposo solo rodó los ojos. Pobrecito. – es más, subo una cada cuatro horas. – comenzamos a reír.

Al fin dejaron de hablar de mi matrimonio, terminados de cenar, nos despedimos de todos y subimos nuestras mochilas al auto, nos habíamos venido a quedar, y nos tocaba irnos. Íbamos muy contentos, como ya se me había hecho costumbre yo iba en el asiento de atrás acostada, con los pies puestos en el techo del auto, iba con calcetas para no sentir tanto frío. Estuvimos cantando hasta llegar a nuestra casa.

Ahí estuve unas horas más, al ver que ya era casi media noche me fui a casa. Donde reinaba el silencio y la oscuridad, aún seguía lloviendo, el clima se encontraba riquísimo para meterte entre las sábanas y dormir toda la noche, con el sonido de la lluvia cayendo de fondo.

Insomnios En Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora