(28) ¿Por qué detenernos ahora?

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CAPÍTULO 28

¿Por qué detenernos ahora?

El bullicio y el dinámico ritmo de la música mezclados hacen que la atmósfera se torne algo difusa. Pero esto se siente idóneo, como si fuera una panorámica perpetua y grata. La fresca ventisca de Otoño golpea sutilmente mi rostro, me estoy congelando aquí fuera pero de manera inesperada, se siente confortable.

La botella regresa a mis manos intermitentemente y se dirige a mis labios con suavidad, siento el líquido pasar por mi boca hasta llegar a mi garganta donde reacciono ante la cálida y ferviente sensación que me provoca cada vez que decido saciar mi sed con licor.

Intento reprimir cada recuerdo deplorable en mi mente, no tengo tiempo para pensar en el pasado ni mucho menos en el dolor que todo aquello me causó. Tengo un severo problema con aparentar que soy lo suficientemente fuerte para lidiar con el disgusto y la amargura que el pasado me dejó.

¿Por qué siempre tengo que ponerme a la defensiva?

La mano de Alice me extrae de mis pensamientos mitigados, —Dios, Summer... estás sorda. Te he llamado como cinco veces —pestañeo para ingresar en la realidad.

Nos hemos sentado en el columpio que papá hizo para mí y Trev. Hay mucha gente en el jardín pero por fortuna, no hay nadie haciendo desastres en el preciado patio de Liam Scott.

—¿Por qué estás tan ida? —me pregunta consternada, yo solamente pongo mi mejor sonrisa.

—Beber me hace recordar cosas deprimentes... —expongo dejando de beber al instante.

—Entonces, ya no bebas... —me reprende la rubia—. Mejor, vamos a por dulces —me toma de la mano y nos lleva hasta el interior de la casa.

Llegando a la cocina, noto la tenue iluminación y a un grupo de personas jugando a otro juego tonto de esos en los que tienes que compartir saliva con otra persona.

Es "Chupa y sopla", un juego donde tienes que pasar una carta o un pedazo de papel de persona en persona a modo de beso. Pero si se te cae justo con la persona a la que tenías que entregárselo, debes besarla.

Muy pretencioso, ¿no?

Bueno, de todas formas no tengo intenciones de jugar.

Ignoramos a aquellos que se besaban frente a todos sin pudor alguno y buscamos los dulces que supuestamente estaban en el refri y que ahora no están.

—Mierda, ¿por qué la gente es tan glotona? —murmura Alice con un ápice de desagrado en su tono.

—Creo que hay en el refri de atrás —le hablo al oído.

Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora