(34) Sweater Weather

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CAPÍTULO 34

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CAPÍTULO 34

Sweater Weather

8 de Noviembre del 2019

Son alrededor de las diez de la noche, es viernes y para el colmo, afuera está lloviendo a cántaros. Me siento exhausta pero no tengo nada de sueño y mamá salió, así que no tengo nada bueno por hacer más que volver a ver las ocho temporadas de Juego de Tronos.

Como siempre, gritándole a la pantalla y llorando con cada muerte de mis personajes favoritos. Y enredándome con el mediocre final que le dieron.

Estaba en mi aventura de conseguir más comida cuando de pronto, tocaron la puerta y ahí fue donde me asusté. Porque a esta hora, nadie viene por aquí y me queda claro que mamá no vendrá a pasar la noche en casa. Descarté la idea que fuera Loann o María, puesto que ellos respetan mi tiempo a solas y no vendrían hasta acá si fuese una emergencia. Pero en ese caso, ellos mismos me avisarían.

Y por el momento, no he recibido ningún mensaje de ellos diciendo que vendrían hacia acá.

Tomo un sartén de la cocina —sí, a lo Rapunzel— y minuciosamente me acerco a la puerta, no dejan de hacer sonar el timbre. Miro la pantalla ubicada justo al lado de la puerta, no veo ni una mierda. Había olvidado que la luz del porche no funcionaba gracias a unos apagones que han habido esta semana por la temporada de tormentas.

Trago grueso, no tengo el coraje para hablar y preguntar quién es. Siguiendo la lógica de las películas de terror, es mejor no preguntar y pensar una manera de defenderse. Si esta era una película de terror de asesinos, esperaba ser la protagonista para mantenerme con vida.

Pero si fueras la protagonista, se muere tu interés amoroso.

Bueno, Iann está en Europa. No creo que el asesino viaje tanto sólo para matarlo.

Aprieto mis labios y trato de figurar quién mierda se supone que está al otro lado de la puerta. Cada uno de mis músculos se tensan, intento percutir contra los nervios pero es imposible. Soy una chica en casa sola y de noche, tengo todo el derecho de pensar mal si hay alguien a esta hora llamando a la puerta.

Suspiro entrecortadamente, de nuevo tocando la puerta. A la mierda, voy a preguntar quién es.

—¿Sabes qué hora es? Seas quien seas, vete o voy a llamar a la policía —arrojé con agresividad, sin dejar de ver a la pantallita.

—Oye, tranquila, Conejita —las arrugas desaparecieron de mi rostro y sentí mi corazón latir con fuerza—. Soy yo, Iann... uhm, ¿crees que puedes abrirme? Estoy muriendo de frío aquí fuera —exhorta con suavidad.

Su voz, mis pensamientos y el repicar de la lluvia se mezclan en mi cabeza. Bajé la sartén lentamente, una cálida corazonada se expande por todo mi cuerpo. Un poco más tranquila, quito el seguro de la puerta y la abro, sintiendo cómo los nervios calaban profundo dentro de mí. Tengo la boca reseca y tengo la leve impresión de que mi corazón quiere desembocar en mi pecho.

Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora