(44) Navidad

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CAPÍTULO 44

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CAPÍTULO 44

Navidad

25 de Diciembre del 2019

La mañana de Navidad se sintió muy diferente a comparación de otros años. En especial, porque siempre suelo "rendirle culto" desde la comodidad de mi hogar. Pero, en esta ocasión, me sentí extrañamente cómoda. Dado que, lo que en verdad apareció esta mañana a mi lado, no era Iann, sino que una pequeña y elegante caja de regalo.

Oh, y una carta, algo breve, aunque sé que la escribió con detalle.

"Tenía pensado darte esto cuando regresara de viaje de Europa, pero bueno, ambos sabemos cómo terminó esa historia. Quizás, algún día se la cuentes a nuestros hijos. Claro, omitiendo ciertas partes que no serían de su agrado.

Como sea, lo vi y pensé que te quedaría muy bien. Tiene algunas cosas propias que me recuerdan mucho a ti. Por eso lo elegí. Y sé que dijiste que no aceptarías regalos caros, pero creo que este es sentimentalmente sofisticado. Así que espero que te guste.

Vuelvo en seguida, te amo".

Sí, yo también sentí eso.

Una punzada de dolor y emoción atravesando mi corazón. Dios, me está volviendo loca, pero en un buen sentido.

Desearía poder decirle eso de vuelta.

Puedes hacerlo, ¿lo sabes, no?

Sí, pero...

Pero, nada. Basta de excusas y sólo hazlo, como sea, pero hazlo.

Oh, okey. Mi conciencia ya parece tener vida propia, que no me sorprendería que saliera de mi cabeza y se volviera una persona, una realmente irritante.

Me halagas, Summer.

De todos modos, ya me encuentro extendiendo la mano hacia la caja y abriéndola con una increíble paciencia. Me deshago de la tapa y con un dedo, remuevo la cobertura para finalmente, deleitarme con una pulsera de plata con unos cuantos amuletos significativos con detalles celestes.

Celeste es el color de tus ojos.

Parece que los dos tienen ideas similares para los regalos.

Mi corazón late tan fuerte cuando me pruebo la pulsera.

Es perfecta.

Salto fuera de la cama, con una sonrisa tonta. Me adentro en el cuarto de baño por alrededor de unos quince minutos y en el momento en el que salgo, Iann ya se encontraba ahí. Sentado en el borde de su cama, su vista está clavada en mí. Una oleada vehemente me golpea en todo el cuerpo y mi temperatura sube despacito.

Despacito. Quiero respirar tu cuello despacito.

Ay, no. Esa canción, ¡NO!

Sacudí mi cabeza y él me miró intrigado por la expresión que se manifiesta en mi rostro.

Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora