Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©

(31) Halloween. Disfraces ingeniosos y club nocturno

CAPÍTULO 31

Halloween. Disfraces ingeniosos y club nocturno

31 de Octubre del 2019

Estas últimas semanas de Octubre fueron tediosas. Ha habido una pobre comunicación entre mi madre y yo desde que Eric vino a casa esa noche.

Para contrarrestar el hecho de que llevamos ya dos semanas sin hablarnos, decidí pasar algunas tardes en casa de Iann. Ya saben, para hacerme cargo también de Hades y no dejarle toda la responsabilidad a él.

Y para meterte en su cama también.

Ah, de eso tengo mucho por decir.

Ha habido un par de veces en las que me he quedado dormida con él, en la misma cama. He llegado a dejar algunas cosas en su habitación... p-pero eso fue por accidente, claro. Y en todo momento se ha portado de buena manera conmigo. De todas maneras, pienso regresar por ellas.

Y durante estas últimas semanas hemos podido conocernos un poco mejor. Por ejemplo, que solía jugar Basketball en la secundaria, que dibuja y pinta desde los ocho. También logré sacarle la fecha exacta de su cumpleaños, ya que recuerdo perfectamente que dijo que era en Noviembre pero no cuándo con exactitud.

Once de Noviembre.

Escorpio tenía que ser el condenado.

Eso es ya pronto, ¿no?

Y hablando de cumpleaños... ¡Hoy es el día de mi Alice preciosa!

Oh, cierto.

¿Cómo que "Oh, cierto"? ¿ACASO LO OLVIDASTE?

No...

Qué va, sí que lo has olvidado...

No, no lo he olvidado. Porque hemos quedado con los chicos para ir a un club nocturno esta noche. Aunque no es como piensan, supongo que iremos a beber, cosa que no me apetece pero ya que es el cumpleaños de Alice, no soy quien para desbaratar sus planes. Aunque sólo espero poder despertar fresca mañana para ir a clases.

María está de regreso en el condado, así que todo puede ir de maravilla.

O no.

Muerdo mi labio inferior, nerviosa. Miraba mi cuerpo en el reflejo del espejo. Había "encontrado" el disfraz "perfecto". Bueno, yo no lo había encontrado, más bien fue María. Después de que le contara a mi querida mejor amiga, María, un resumen de todo lo que ha ocurrido en su ausencia, dispuso de conseguirme un disfraz... un poco revelador.

Y muy significativo, por cierto.

Básicamente era... un traje de conejita.

¿Qué?

Yo no lo escogí, fue ella.

¿Que por qué no me opuse?

Bueno... quizás tenga mis razones.