IANN

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Dirty Laundry

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Dirty Laundry

IANN

22 de Febrero del 2020

Siete días nunca se han sentido tan largos.

Quizás exagero. Porque son días en los que no he despertado con ella a mi lado. O sin ninguna clase de spam de ella enviándome párrafos de cada cosa que le que ocurre, sólo porque le da la gana molestarme.

Sigue siendo buena idea darle su espacio. Pero francamente, la extraño. No me gusta sentirme ignorado por ella. Es tedioso y doloroso. Sé que está ocupada. Con cosas del instituto y entre otros asuntos.

Ahora bien, no está mal haber tenido algo de tiempo para mí solo por el resto de la semana.

—Pareces de buen humor —Cam aparece en el balcón—. ¿Eso significa que vas a unirte a nosotros esta noche, en el karaoke?

Sonreí de lado, —No canto.

—No si te hago beber cuatro tequilas.

Muevo mi taza y sacudo la cabeza, divertido por su comentario.

—No me harás cantar aunque quiera, es mi última advertencia —zanjo.

—Bueno, entonces sólo ven a burlarte de nosotros y ya —instó, dejando caer los hombros.

Apreté la mandíbula y lo sopesé un poco. No es como que me apetezca salir en estos momentos, pero debería salir un poco a despejar mi mente y no mortificarme con mis propios pensamientos.

—Puedes escoger mis canciones, si eso te hace sentir mejor. Pero, sal de este maldito lugar por un rato.

Exhalé profundo por la nariz, —Lo intentaré.

Sonrió, complacida por mis palabras.

—Nos vamos a las seis —informa antes de dejarme solo de nuevo.

No podía prometer nada. Pero la idea de quedarme en casa ya me hastiaba. Así que quizás Cam tenía razón. Debo salir de casa.

Termino mi taza de café. Me encierro de nuevo en mi habitación y esta vez con la intención de aplastar mi trasero frente al escritorio. Abro mi laptop y tecleo unas cuantas cosas, hasta abrir mi correo. Me encuentro con ese correo.

Asunto: Solicitud de traslado de campus. Berlín-San Francisco.

Repiqueteo los dedos sobre la mesa. Con tan sólo leer el asunto, me pongo nervioso. Después de todo lo que ha pasado, ahora no sé si deseo quedarme aquí. Es un poco extraño que diga que no. Pero, la universidad aún así respetará mi decisión. Sin duda alguna, mis profesores no desean que me vaya de Alemania. A pesar de que hace mucho que no los veo en persona. Y si regreso, será un gran alivio para ellos.

No soy de procrastinar, pero creo que pasaré de ello esta vez.

Me reclino sobre la silla e intento relajarme un poco. Hades sube hasta mi escritorio y salta hasta mí. Se acurruca cómodamente sobre mi regazo y yo le brindo algo de cariño. Ha crecido bastante durante estos últimos meses.

Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora