(43) Niñeros

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CAPÍTULO 43

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CAPÍTULO 43

Niñeros

23 de Diciembre del 2019

Pensé que en algún punto, mi madre se enfadaría por pasar más de tres días en casa de mi novio. Sorprendentemente, ese no fue el caso, sino que todo lo contrario. Dijo que a pesar de que le hacía falta y que estuvo batallando a la hora de decorar la casa, le gustaba relajarse un poco en mi ausencia. Pero recalcó específicamente que durante el descanso de invierno, esto de quedarme en casa de Iann no se volviera una costumbre, porque en cuanto empezara Enero, tendríamos que organizar y planificar unas cuantas cosas para mi cumpleaños.

Agh, no sé si todavía quiera cumplir dieciocho. M suena terrible ahora.

Aunque cumplir dieciocho haría que mi relación con Iann no suene tan.. rara, debido a la diferencia de edad. Pero, vamos, son sólo dos años y él ha demostrado muchas cosas buenas. Así que no debería ser un problema, sin embargo eso no es lo mismo que opina la prensa y las revistas de chismes.

Hace unos días, sacaron un artículo un tanto... absurdo. Básicamente, pintaban a Iann de que le gustaba meterse con colegialas y tal. Algo que no es nada cierto, pero bueno. Dios, detesto los medios.

Los Müller y mamá se pusieron en contacto para detener estas difamaciones insensatas. Encima, también empezaron a sacar artículos en los que afirman abiertamente que yo soy hija de Zara, —lo cual resulta ser cierto—, sin embargo, mamá siempre quiso evitar esto, por mi privacidad y seguridad.

Parece que todo quiere irse al carajo a unos cuantos días de Navidad y de Año Nuevo.

Así que por el momento, Iann y yo hemos decidido no salir. Para ahorrarnos el acoso masivo de los paparazzis, que están más presentes que nunca. Además, está haciendo demasiado frío, no nos conviene salir mucho. Por mucho que quisiera salir, tengo que abstenerme de ello para no provocar alboroto en los medios.

Ya no quiero ser famosa.

Me quiero mudar a una granja y vivir feliz con los animalitos.

Incluso puede que a Hades le agrade mi plan. Convivir con otros animales le haría bien, ser libre en el campo y atrapar ratones no le haría ningún daño.

Ya se te fue la olla.

—No te puedo dar galletas, Hades —acaricio su cabecita y él maúlla en protesta—. Le tengo que guardar a papá unas cuantas, ¿vale? —aludí a Iann.

Empecé a hacer zapping, porque no había nada bueno para ver en el cable. Ya ni siquiera ponen películas navideñas, todo gracias a los servicios pagados de plataformas streaming. Supuse que no iba a encontrar nada bueno, así que cambié a Netflix para toparme con un sinfín de recomendaciones navideñas.

Rodé los ojos cuando tocaron la puerta agresivamente. Pensaba que Diego iría a abrir pero en cuanto escuché la música proveniente de su habitación, asumí que estaba ocupado con Camille. Así que fui yo misma a atender y me preparé mentalmente para responder con mucha agresividad a la persona que estaba tratando de joder el timbre de mi novio.

Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora