Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©

(16) Una conferencia de prensa

CAPÍTULO 16

Una conferencia de prensa

Después del desayuno, me sumí en silencio. No tenía ánimos de hablar. Y por un momento, nadie lo notó. Hasta que salió el tema del Baile de Bienvenida y tanto Alice como María, me hicieron hablar.

Yo no era muy fan de esas tradiciones escolares, en lo personal, nunca me parecieron entretenidos los bailes escolares. Quizás porque no era la persona indicada para sacar a la pista de baile y mover el cuerpo al compás de la música. Lo más probable es que haga el ridículo. O posiblemente no, en realidad sí me gusta bailar pero no en público. A veces cuando estoy sola en casa, suelo pasearme en ropa interior y bailar cuando nadie me ve.

Pero eso es sólo cuando estoy sola, no me animo realmente a bailar frente a otras personas.

—Bueno, yo pienso ir, ¿y tú? —justamente esa pregunta quería evadir.

Repiqueteo los dedos sobre el frío mármol de la barra, —Todavía no se lo he consultado a mi mamá —digo la verdad. Puede que en algún momento se lo mencione, y aún así me dará permiso para asistir. Asunto que pretendo evitar.

María me juzga indiscretamente con sus avellanados ojos pero no dice nada.

—Yo pienso ir pero la cuestión es que no conozco a casi nadie y tampoco quiero estar ahí con cara de culo toda la noche —dibujaba círculos invisibles sobre el mármol.

—Pues voy a consultarlo con mi mamá, porque a veces no es tan permisiva como me gustaría que fuera pero en fin... —concreto inquieta.

—En todo caso, si te da permiso. ¿Me avisas, va? —la ojiazul me sonríe amenamente.

—Está bien.

—Okey, chicas. Ya nos vamos —anunció Diego entrando en la cocina—. Nada de... drogas, ¿okey? Y por favor, no intenten matarse mientras no estamos. Hay comida en el refri si tienen hambre y... no hagan nada estúpido. Hagan sus tareas, por favor —imploró intranquilo.

—Okey —decimos al unísono.

—Volveremos temprano —indica Samy regalándonos una sonrisita adorable.

—Valeee.

—¡Adiós! —y tras esa breve despedida, se marchan.

—¿Vas a ir mañana a mi casa? ¿o también tienes que consultarlo con tu mamá? —pregunta María acribillandome a la vez que Alice se dedica a mirar desinteresadamente el refrigerador.

—Sí voy a ir, deja de ser tan paranoica —farfullo mordaz.

—¿Y entonces por qué no quieres ir al baile de bienvenida? —interroga cruzándose de brazos.

—Es que no sé, siento que me aburriré y estaré sentada toda la noche viendo cómo los demás se besuquean y manosean procurando que los directores no los vean. Yo no quiero eso —refuto.