Corazón Sin Rostro [+18] || PARTE I Y II ©

IANN

(I Wanna Be Yours es la rola de Iann y Summer 😎)

Noche de Halloween en el club

IANN

31 de Octubre del 2019

¿Dónde mierda se metió esta chica?

Hacía unos segundos estaba en la barra, bebiendo todo lo que Alice le pusiera enfrente y sólo me fui un momento a fumar, ahora no está. Y en un día como este, el club está repleto de masas humanas. Haciendo lo que quieren sin medir las consecuencias.

Es justo algo que yo haría si tuviera quince años.

Hacer lo que se me dé la gana sin medir las consecuencias.

Joder, sólo espero nadie tenga la audacia de aprovecharse de una chica ebria, porque exploto.

Tenemos quizás, dos horas de estar aquí y ya todos mis amigos tienen el sistema alcoholizado. Parece irónico que sea el único sobrio, considerando el hecho de que me gusta beber como si tuviera toda la maldita intención de desahuciar mi hígado.

Diviso a lo lejos a mi mejor amigo de espaldas, camino hacia él para ver si sabe algo de Summer pero me topo con la grata sorpresa de que está ocupado besando con mucha pasión a Cam. Retrocedo lentamente, sin ninguna intención de interrumpirlos.

Sonrío divertido. Ya era hora de que esos dos tuvieran un acercamiento físico.

Me ocupo en el acto de buscar a la castaña que atormenta mis pensamientos. Con mi altura, no es un problema buscar a la chica. El problema es que hay demasiada gente, así que me es imposible distinguir cuál de todas las castañas que hay es mi Conejita.

Mierda, ¿dónde te metiste?

Resoplé, un poco frustrado. Me acerco a la barra y me dedico inmediatamente a marcarle. Espero me coja el teléfono.

No me contesta.

La llamé de nuevo. Esperanzado a que tuviera la decencia de atender el teléfono.

Quizás estoy siendo un poco pujante sobre el tema, pero recordemos los siguientes aspectos que no favorecen su estado en un lugar como este lleno de gente, y en el cual podría perderse con tanta facilidad.

—¿No quiere un trago, señor Müller? —me ofrece Manny, el chico que atiende la barra y sirve los tragos.

Lo volteé a ver con el teléfono pegado a la oreja. Asentí sin pronunciar una sola palabra. En realidad, no necesitó que le dijera exactamente lo que quería. Él sabía a la perfección lo que bebo siempre que vengo aquí a consolarme a mí mismo.

—Vamos, Summer... contesta —imploro en voz alta.

Me manda al buzón. Eso significa que debe tener el teléfono encendido.