Culpa, dolor y pena.

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Capítulo 18:

(Maratón 4)

Marco.

No lloraba. Jazmín no lloraba delante mía y eso me estaba preocupando. Si es verdad que se derrumbó después de ser consciente de lo que había hecho.

Hacía ya cuatro días desde lo de Alejandro. Jazmín estaba distante y me dolía verla así. No quería desahogarse conmigo y tampoco hablaba con Carla o Gianna.

Jazmín se había cerrado. Nos había apartado a todos de ella. A todos, menos a Giovanni. Con el si hablaba y pasaba más tiempo que con nosotros.

Al principio la idea de que contara con el me aliviaba. Saber que por lo menos era capaz de hablar con alguien y poder soltarlo todo, me dejaba más tranquilo.

Aún que si, me jodia, pero no iba a dejar que Jazmín se hundiera por mis celos. Ella me quería a mi y de eso no tenía ninguna duda.

Ella se había centrado en pasarse los días metida en el gimnasio de casa o en el negocio. Ahora que Alejandro había desaparecido de nuestras vidas podíamos centrarnos más en nuestro negocio. Las drogas.

-¿Te ocupas tu?- pregunté mirándola.

-Si.

Teníamos entre manos un buen cargamento de coca el cual teníamos que pasarlo rápidamente y sin llamar demasiado la atención. Que tuviéramos a la policia comprada no significaba que teníamos que ser menos discretos.

-La quiero fuera esta noche.

Jazmín asintió con la cabeza y salió al jardín a dar las órdenes necesarias a nuestros hombres para traspasar los faldos de coca en tres barcos hasta Croacia. Una vez allí, no sería problema nuestro.

-Gianna, encárgate de hablar con el jefe de Croacia y avisarlo de que esta noche tendrá los tres barcos en su frontera. Carla, tu reparte a tres partes iguales los faldos. Giovanni, tu revisa que todo esté en orden, no se nos puede escapar nada y mucho menos quiero sorpresas en la frontera.

Todos se pusieron a hacer su trabajo y yo salí al jardín con Jazmín quien daba sus órdenes como un jodido robot.

-El capitán de cada barco tendrá que ser rápido. Tenemos a la poli de nuestro lado, pero no todos se dejan comprar. No quiero complicaciones y todo tiene que estar en la frontera de Croacia esta noche. ¿Entendido?

Todos asintieron y se fueron a prepararse. Jazmín se dio la vuelta y me miró.

-¿Que eres mi niñero?

-No. Soy tu novio.

Puso los ojos en blanco e intentó pasar por mi lado. La cogí del brazo y la atraje hasta mi. Acerqué mis labios a su oído y susurré:

-Deja de ser un jodido bloque de hielo y deja que mi Jazmín vuelva.

-¿Cual Jazmín? ¿La que tenía sentimientos? Esa murió después de tantas muertes y mentiras.

-No, se que no. Solo que no sabe como volver, pero yo la traeré.

-Suerte con eso...

No dejé que acabara. La besé. La besé con todo el amor que podía trasmitirle en un jodido beso. Con pasión. Con deseo. Con anhelo. Por que si, la echaba de menos.

Jazmín había renunciado a sus sentimientos por que se sentía culpable.

Yo fui con ella al cementerio después de ver como mataba a Alejandro y vi como le sonreía a la tumba de su madre por haber cumplido su promesa. Había matado a su asesino, a pesar de ser su padre, a pesar de saber que se sentiría culpable, lo hizo.

Idílico #2 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora