Cerebro desconectado.

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Capítulo 25:

Jazmín.

Estábamos dormidos, yo encima del pecho de Marco mientras que el me rodeaba con su brazo. Era de madrugada cuando escuché un golpe afuera del camarote.

Abrí los ojos y miré la puerta agudizando el oído para intentar localizar de donde venía el sonido y de qué podía ser.

Otro sonido seco se escuchó y me incorporé del susto. Marco gruñó y se dio la vuelta en la cama. Se puede acabar el mundo que el sigue durmiendo.

-Marco- susurré.

Nada. Silencio.

-¡Marco!- volví a susurrar un poco más fuerte y zarandeándolo.

-Mhmmm- abrió un ojo -¿Que quieres?

-He escuchado algo.

-Será alguien del servicio, duérmete.

Otro sonido hizo que Marco se incorporase del tirón y cogió su pistola de la mesita de noche. Salió de la cama, desnudo y se colocó detrás de la puerta.

-¡Vístete!- dije tirándole los calzoncillos.

El se los puso lo más rápido posible y yo me vestí también. Cogí mi pistola colocándome a su lado y me miró.

-¿Que haces?

-No vas a salir solo.

-¿En serio vamos a discutir ahora?

-No si no me llevas la contraria.

Escuchamos unos pasos justo encima de nuestro camarote seguido de un disparo y eso hizo que Marco abriera la puerta y saliera conmigo pisándole los talones.

-¡Marco D'Angelo!- gritó la voz de un hombre. Marco se paró y me hizo una señal para que me mantuviera en silencio -¡Se que estas aquí y se que la tienes a ella! ¡Entrégala y te ahorrarás problemas!

-Esto es lo que haremos- susurró cerca de mi oído -saldré ahí para entretenerlo y tú mientras  saldrás por esa puerta de ahí- señaló -y saldrás directamente a cubierta. No se exactamente donde esta, pero te quiero justo a su espalda. Dispara, no dudes. El no dudará ¿Entendido?

-¡No tengo todo el día, D'Angelo. Mi jefe me espera con tu putita!

-Jazmín, ¿Entendido?

-Si.

Se acercó a mi y me dio un beso en la frente antes de subir los cinco escalones y desaparecer de mi vista cuando yo entré por la puerta que me había señalado.

-Vaya, vaya... -podia escuchar la conversación- ¿Donde esta?

-¿Donde esta quien? ¿Mi puta? No se, llama a tu madre y pregúntale.

-Tengo prisa.

La habitación por donde avanzaba estaba completamente a oscuras y no me quería arriesgar a encender la luz y delatarme.

Tropecé varias veces y maldecí todas ellas por el ruido que causaba. Encontré la salida que Marco me dijo que daría a la cubierta y salí por ella. Vacía. Allí no estaban, pero podía oírles.

Volví a tropezar y esta vez tenía la luz de la luna. Enfoqué los ojos y me congelé cuando vi lo que había causado mi caída.

-Joder- un cadaver con una herida de bala en la cabeza. Era una mujer del servicio.

Me levanté y caminé siguiendo las voces.

-Entrégala ¿Por que tantas molestias en ocultarla?

Idílico #2 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora