Un buen rato.

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Capítulo 27:

Jazmín.

Pasaron los días. Marco y yo no hemos vuelto a hablar, pero si se que Giovanni le mantiene al tanto a pensar de que le dije que no quería que el le informara sobre mi.

No he vuelto a la que era nuestra casa, he preferido quedarme en casa de Adriano y así estar más cerca de Carla.

He pasado días sin salir de la cama con Carla a un lado y Giovanni al otro. He llorado. Mucho. Muchísimo. Realmente no se por que me duele tanto si yo no quería ser madre todavía, pero ahora, me siento vacía.

El que Marco me dejara tampoco ha ayudado mucho. He llorado aún más. He salido y he ido al cementerio. He vuelto a llorar.

He llorado tanto que llegué a llorar sin lágrimas, y eso duele aún más.

Ahora mismo lo extraño. Necesito que me abrace y me prometa que todo saldrá bien, que pasaremos por esto juntos. Luego recuerdo que me dejó después de enterarnos de mi aborto y lo odio.

Lo odio por que fue un cobarde incapaz de afrontar la realidad y prefirió escapar del problema y dejarme sola en esto.

Lo quiero por que es el amor de mi vida.

Y lo extraño por que se que sin el... estoy perdida.

Hoy es uno de esos días en los que me siento peor que ayer. Sola. Vacía. Sin ganas de nada. Si por mi fuera, me quedaba en la cama todo el día, pero Carla, quien duerme conmigo de vez en cuando está tirando de la manta para que me levante.

-¡Vamos!

-Un ratito más.

-Ni en broma, tengo hambre. Ahora como por dos ¿Recuerdas?

Carla y su barriga estaban preciosas. Ahora mismo le tenía una envidia... pero de la buena.

No paro de preguntarme qué se sentirá al saber que estás embarazada y que una cosita súper diminuta está creciendo dentro de ti. Poder notarlo... tiene que ser increíble.

-Jaz...- dijo secándome la lágrima que no sabía que se me había escapado.

-Estoy bien- digo levantándome -vamos, no voy a dejar que mi sobrino o sobrina se muera de hambre.

Fuerzo una sonrisa y ella me sonríe.

Abajo, Lia nos prepara el desayuno, uno doble para Carla y otro normal para mi.

-Giovanni me ha pedido que os diga que ha tenido que salir, pero antes de comer estará aquí- dijo sirviéndonos café.

-Gracias, Lia.

Lia sabía todo lo que había pasado, pero no me ha sacado el tema, ha preferido dejarlo y se lo agradezco, por que escuece.

Sinceramente, no tenía apetito. Me obligue a tragarme la mitad de mi desayuno y paré cuando supe que si seguía vomitaría.

-Vengo dentro de un rato- le dije a Carla levantándome. Ella asintió sabiendo a donde iba.

Subí y me puse un top negro nike, unas mallas negras, unos tenis negro su me hice una cola alta.

Busqué una chaqueta para ponerme, ya que, estábamos en diciembre y hacía frío. Pero toda mi ropa estaba en la otra casa.

Buscando, encontré una chaqueta. El alma se me cayó a los pies cuando la olí. Era de Marco.

Me la puse haciendo de tripas corazón y me la abroche de un tirón. Dolía.

Bajé las escaleras y salí de la casa medio cabreada, medio dolida.

Idílico #2 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora