Capítulo 47: Recuerdos.

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Ella

Observo a mi hermano con suma detención, desde su cabello despeinado hasta la sangre que recorre desde su sien hasta su mentón, y puedo decir que a pesar de conocerlo tan bien, no puedo descifrar si le pasó un camión por encima o simplemente se tropezó con su nariz, lo único que sé es que esa es demasiada sangre para ser normal.

Hombres.

-¿Estás seguro de que no te duele? Tal vez deberíamos ver a un médico. -Digo pasando un algodón con alcohol por el corte y su frente ensangrentada, buscando limpiarlo. -No sé qué tanto me servirá mi basto conocimiento en curaciones para ayudarte.

-No te preocupes, el único daño que realmente siento es el de mi dignidad, un poco bastante. -Responde Alessio haciendo una pequeña mueca de dolor por el ardor. -Auch, eso arde.

-Lo lamento. -Contesto buscando una gasa limpia en el botiquín. -Estoy intentando ser lo más suave posible, pero ya sabes que no me gusta la sangre.

-Está bien, en realidad todo esto fue mi culpa.. hasta cierto punto. -Dice con un movimiento de mano restándole importancia. -O más bien, del demonio de tu perro, el fue un factor determinante en mi casi muerte.

-No te entiendo en lo más mínimo, será mejor que me repitas como sucedió esto. -Pido con lentitud.

-Iba caminando por la avenida principal con Marcus, todo iba bastante bien, lo cual debió advertirme que pronto todo se arruinaría, él se estaba comportando como nunca, hasta llegué a olvidar que ese perro es un maldito monstruo. -Narra mientras yo cubro su herida con la gasa. -Hasta que se cruzó una despampanante poodle en nuestro camino, y pues.. ahí recordé porque solo tú paseas a ese maldito animal.

-Creo que estás exagerando un poco, ¿Qué cosa tan mala pudo hacer mi pequeño bebé? -Respondo incrédula, aunque la expresión de su rostro me hace entender que las cosas no son como yo pienso.

-Tu perro salió disparado detrás de la perra y de su dueña, las cuales iban a un paso mucho más acelerado que el nuestro, me arrastró unos 15 minutos antes de que lograra detenerlo, y para cuando pude volver a ponerme de pie estaba frente a aquella chica, ¡Que para más remate era atractiva! -Me cuenta sonrojándose levemente. -Fue algo muy humillante, jamás había pedido una cita desde el suelo.

-Bien, escúchame, en un principio fueron ustedes los que no quisieron castrarlo, nos ahorraríamos muchos problemas con el de ser así, por ejemplo el que me acabas de contar. -Alego cerrando el botiquín y poniéndome de pie. -Aunque el es naturalmente salvaje, quizás es un caso perdido.

-¿Y quitarle su hombría? Oh no, eso jamás hermanita. -Responde viéndome ofendido. -Creo que esto se debe a ti, tu perro y tú comparten esos gustos elegantes y refinados, dicen que los animales y sus dueños se parecen, efectivamente, Marcus es un personaje gracias a ti.

-¿Estás comparando a mi novia con una poodle? -Cuestiono alzando una ceja en su dirección, el alza ambas manos en señal de rendición.

-No como tal, pero.. vamos Ella, no puedes negar que tu chica sería de la crema y nata perruna. -Comenta provocándome risa. -Probablemente sería una carísima French Poodle.

-Tal vez, pero eso es solo en la apariencia, te sorprendería lo sencilla que es, a pesar de todo lo que posee no es para nada interesada. -Le cuento a la vez que subo las escaleras, el me sigue, aparentemente cautivado en lo que digo.

Tomo mi teléfono el cual estaba en mi bolsillo trasero para revisar si he recibido algún mensaje, hace dos días no que no tenía ni una sola señal por parte de mi novia y ya me estaba preocupando, deseaba inmensamente ir a verla y tenerla entre mis brazos, pero también procuraba tomar las cosas con calma para no agobiarla, así que simplemente le dejé un breve mensaje en el cual expresaba que si ella me necesitaba contaba conmigo cuando fuera, pero desde ese mensaje habían pasado horas y seguía desconectada.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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