CASSIAN MADDOX
Tardé unos segundos en tocar a la puerta de su habitación, no quería tocar, pero habían pasado dos minutos desde la hora acordada. Cuando decía que no me gustaba esperar lo decía muy en serio.
Ruby me abrió a los dos segundos mientras se colocaba una chaqueta negra de cuero. La miré a los ojos y pude notar enfado en estos.
—Hemos quedado a las y media — hablé yo antes de que ella me dijera algo.
—Dos minutos no le van a matar señorito Maddox.
Era raro cuando se refería a mi por el apellido. Muchos de mis clientes se iban con mi nombre principal, no les importaba los modales. Aunque creo que Ruby no se refería a mi por el apellido por buenos modales, creo que lo hacía para intentar molestarme y si decía la verdad, en el fondo me estaba molestando un poco y no tenía ni idea de por qué.
—El coche está listo. Usaremos el pasillo para llegar al garaje ya que afuera llueve.
—Están cayendo tres gotas — me dijo mirándome raro. Cuando no contesté ella volvió a hablar —. ¿Tiene miedo de mojar su traje?
La miré serio, muy serio y ella me aguantó la mirada, otra vez.
—Usaremos el pasillo.
Sin decirle nada más comencé a andar hacia las escaleras.
Pensé que sería más difícil convencerla en que me siguiera, pero solo pasaron tres segundos hasta que escuché como cerraba la puerta y me seguía a pasos lentos. Comenzamos a bajar las escaleras en silencio. Abajo nos esperaba el mayordomo de la casa. Bajé el último escalón y le di espacio a Ruby para que se situará a mi lado, en frente de Bernard.
—Me alegro mucho de que salgas afuera — le dijo Bernard —. Llevas una semana en casa, ya era hora de salir y distraerte con tus amigos.
Vi como Ruby frunció el ceño.
—Ve al grano.
Bernard le medio sonrió, haciendo que unas arrugas estuvieran presentes bajo sus ojos.
—No te quedes mucho rato, aún no es seguro del todo estar ahí afuera. Y por favor, no consumas mucho.
Ruby rodó sus ojos.
—Hoy me he propuesto no consumir, así que no tienes que preocuparte por eso. Respecto a lo primero, tampoco tienes que preocuparte, tengo a Superman cuidando mis espaldas — dijo lo último señalándome.
Hice el mayor intento por no rodar los ojos.
Bernard me analizó, empezó desde arriba y terminó abajo. No me intimidaba, ya sabía que era bastante inofensivo. Me había bastado con un día analizarlo.
—Señorito Maddox, cuídela — me dijo serio.
—Es literalmente mi trabajo, me pagan por ello — le dije neutral.
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El protector [+18] © - Nueva Versión
RomanceRuby Blanchet es la hija del primer ministro de Francia. Su vida cambia cuando empieza a recibir cartas anónimas de un admirador secreto, el cual acaba por convertirse en un acosador cuando entra en su casa y le hace fotos mientras duerme. Ella est...