Capítulo 28

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CASSIAN MADDOX

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CASSIAN MADDOX

Sabía que lo que teníamos entre los dos nos iba a llevar por un camino peligroso. Pero después de días pensando en ese beso, en cómo fue tocarla de esa manera, en cómo sentí su piel enredada con la mía... no pude dormir debido a esos pensamientos.

Al igual que ella, yo quería más, quería mucho más.

En este momento no me importaba nada más que besarla, tenerla en mis brazos, tocarla. La necesitaba como necesitaba el aire para respirar.

Profundicé el beso que yo había comenzado, tomándola con una mano de la cintura y con la otra del cuello. Ruby no tardó en llevar sus manos a mi cabello y acercarme mucho más a ella.

Acabé apretándola más contra la pared mientras nuestros cuerpos se juntaron por completo. Mi parte inferior tocó su parte baja de la barriga y ella sintió la dureza que tenía. Reaccionó frotándose más contra esta. Fue un grave error porque en cuanto hizo eso perdí la cordura y no me importaba si esto era un baño y alguien podía venir al baño en cualquier momento. El baño estaba cerrado, pero podían conseguir abrirlo. Aunque ya me daba igual.

La tomé de la cintura, levantando sus pies del suelo e hice que rodeara sus piernas alrededor de mi cadera, lo que empeoró mi erección ya que ahora su parte íntima estaba pegada a esta. Un corto gemido, que fue acallado por mi boca, salió de ella.

La coloqué en el mármol del lugar en donde estaba el lavamanos, sin dejar de besarla, sin apartarla de mi en todo ese momento. Me quedé entre sus piernas, pegándome mucho más a ella y ella aceptándome con todo el placer del mundo.

Mis manos se enredaron en su perfecto cabello y tiré de este suavemente mientras que sus manos bajaron a mi erección. Ella me apretó por encima del pantalón y eso me hizo separarme un poco de sus labios y soltar un pequeño suspiro de placer. Nuestros ojos se cruzaron y solo vi puro deseo en los suyos, sabiendo que los míos mostraban lo mismo.

Ella volvió a apretar mi erección y volví a soltar un suspiro. Ruby no se detuvo al darse cuenta de lo que me causaba. Sabía que me tenía a su merced y eso me volvía más loco por ella.

Mordió su labio inferior al escuchar los sonidos de mi boca y la forma en la que me ponía cada vez más duro con sus manos.

—Ruby...

No sabía ni qué quería decirle, solo sabía que quería más, necesitaba mucho más.

Antes de que me viniera en mis pantalones detuve su mano y la llevé a mi boca mordiendo dos de sus dedos y luego succionándolos lentamente. Ella gimió y yo los succioné una vez más. Luego volví a atacar sus labios y ahora fui yo él que llevé mis manos a la parte inferior de sus muslos.

No hizo falta que le abriese yo más las piernas, ella lo hizo de forma encantada. Tomé su labio inferior entre mis dientes mientras mis dedos trazaban pequeñas líneas en sus muslos. Gemidos silenciosos fue la respuesta que obtuve.

El protector [+18] ©  - Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora