Capítulo 8

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RUBY BLANCHET

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RUBY BLANCHET

—Lo siento, lo siento, había un tráfico enorme — me disculpé al llegar a la mesa en la que estaban sentados mis mejores amigos.

—Lo importante es que has conseguido llegar — dijo Leslie, positiva como siempre.

—Sí, eso es lo más importante.

Los tres nos quedamos en silencio por unos segundos, mirándonos entre nosotros tres. Roy fue el que se atrevió a mirar al elefante en la habitación. Luego fui yo, Leslie se dispuso a tomar su bebida.

—Señorito Maddox, necesito hablar con mis amigos a solas — le dije con frialdad. Después de lo que había pasado en el parking ni lo quería ver.

—Tengo estrictamente prohibido perderla de vista — respondió casi sin mirarme.

—Siéntese en la barra, no me perderá de vista, se lo aseguro, pero no quiero que desconocidos escuchen mis conversaciones con mis amigos.

—Mejores amigos — corrigió Roy.

Vi por el rabillo del ojo como Leslie le proporcionó un codazo al pelirrojo.

—Si no quiere que nadie escuche sus conversaciones entonces tendrá que tenerlas en un sitio más privado — atacó mi guardaespaldas.

—Márchese a la barra, es una orden.

—Usted no me da órdenes.

—Soy su cliente, sí que le puedo dar órdenes — dije y antes de que pudiera abrir la boca volví a hablar —. Ni se le ocurra decir otra palabra más.

Le costó la vida aceptar que había sido la ganadora en esa conversación, pero lo aceptó. Se giró sobre sus talones y fue hasta la barra para sentarse en una de las sillas. Yo no me senté hasta que no me aseguré de que estaba a cierta distancia en la cual no podía escuchar nada de lo que decíamos.

Una vez sentada pedí un mísero zumo de piña. Se me habían quitado las ganas de beber esta noche.

Mis dos mejores amigos no tardaron en hacerme preguntas. Más bien Roy.

—¿Qué es lo que estoy notando ahora mismo? — preguntó el pelirrojo.

—Nada que no sea enojo hace un robot sin sentimientos.

Leslie y Roy se miraron entre ellos.

—¿Te importa explicar para que podamos tener todos los detalles? — dijo Roy.

Suspiré y les conté con rapidez lo que había sucedido en el parking del bar. Los dos entendieron mi enfado al segundo.

—Entiendo perfectamente lo que te pasa —, pensaba que ese era el fin de la frase de Leslie — pero piensa en que él no sabía nada sobre tu odio hacía el tocamiento con extraños o poco conocidos.

El protector [+18] ©  - Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora