RUBY BLANCHETT
El día de la gala había llegado en un abrir y cerrar de ojos. No tenía ni idea de cómo habían pasado tan rápido las tres semanas.
Cuando me desperté el lunes por la mañana no tenia ganas de levantarme de la cama, de hecho, quería volver a caer en un profundo sueño y no despertarme hasta mañana. No quería ir a esta estúpida gala. Lo único que quería hacer era estar en mi cama durmiendo y probablemente comiendo la primera bolsa de chucherías que encontraba en casa.
Mi padre me sacó de mi fantasía de dormir cuando entró en mi habitación y me sacó la manta de encima sabiendo muy bien que si me dejaba seguir durmiendo no iba a levantarme en la vida.
—A levantarse en este instante — ordenó antes de volver a salir por la puerta —. No me hagas volver a venir. No te gustara con lo que vendré.
Hice una mueca de dolor. Se refería a una olla con agua bien fría, lo había hecho dos veces en el pasado cuando no quería levantarme para este tipo de cosas.
Suspiré y me levanté de la cama.
Me metí al baño y lavé mi cara para luego salir de la habitación y bajar a desayunar, aunque fuera algo tarde para un desayuno.
Abajo se encontraban muchas personas del equipo de mi padre. Reconocí a varios y saludé a algunos antes de entrar en la cocina donde Ben, Bernie y Cassian se encontraban aun desayunando.
No le presté mucha atención a los dos primeros, pero al tercero le dediqué toda mi atención aun sin querer.
Estaba bien arreglado, lo típico de siempre, pero juraba que cada día se volvía más y más atractivo.
Cuando sus ojos encontraron los míos quise darme media vuelta y subir a mi habitación para encerrarme en esta.
Anoche, después de volver del albergue, me serví un bocadillo y subí a mi habitación para caer muerta. No hablé con Cassian desde que dejamos el albergue y no sabía como volver a la normalidad con él.
—Buenos días. — Eso salió de mi sin que me diera cuenta y fue dirigido a Cassian.
—Buenos días — respondió él.
Ben y Bernie me recordaron que ellos también estaban presentes cuando me dieron los buenos días.
Procedí a tomar un plato con comida y a ponerme a la mesa para desayunar con ellos tres. El único hueco que quedaba vacío era el que estaba junto a Ben y este quedaba en frente de Cassian.
No pensaba en comer de pie y no podía irme a la sala a comer ya que estaba llena de personas, procedí a sentarme en la silla y me llevé una media sonrisa de Ben.
Aunque Ben no me caía del todo bien no iba a ser maleducada así que le devolví una pequeña sonrisa.
Comencé a llenar mi boca de comida para que nadie pudiera hablarme o preguntarme algo.
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El protector [+18] © - Nueva Versión
RomanceRuby Blanchet es la hija del primer ministro de Francia. Su vida cambia cuando empieza a recibir cartas anónimas de un admirador secreto, el cual acaba por convertirse en un acosador cuando entra en su casa y le hace fotos mientras duerme. Ella est...