Ruby Blanchet es la hija del primer ministro de Francia.
Su vida cambia cuando empieza a recibir cartas anónimas de un admirador secreto, el cual acaba por convertirse en un acosador cuando entra en su casa y le hace fotos mientras duerme. Ella est...
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RUBY BLANCHET
—Despierta Bella Durmiente —. Alguien golpeó mi cara haciéndome soltar un gruñido perezoso.
—¡No hagas eso! — Esa era la voz de Leslie, un sonido de un golpe la siguió.
—¡Auch! — soltó la otra voz.
Abrí los ojos haciendo una horrible mueca cuando me encontré con el sol en toda la cara. Tuve que poner mi mano sobre mis ojos para protegerme de este.
—¿Qué pasa? — pregunté con la voz ronca.
—Hemos llegado — respondió Leslie.
—Hemos llegado hace dos horas, pero ella insistió en dejarte dormir un rato más — destapó Roy la verdad.
—Te veías como un angelito y me daba cosa despertarte. — Se defendió Leslie.
—Que bien que no querías despertar a la que se tiró cinco horas durmiendo, pero en ningún momento de esas cinco horas preguntaste si necesitaba un descanso de tanto conducir — se quejó Roy.
En cuanto vi que los dos iban a empezar a discutir los detuve de inmediato.
—No empiecen, os lo pido por favor —. Levanté mi mano en señal de paz —. Me duele todo, especialmente la cabeza y no voy a poder aguantar una discusión entre ustedes dos ahora mismo. Necesito un café y probablemente una aspirina o dos.
Me levanté del asiento del coche soltando un gruñido como si fuera una vieja. No estaba bromeando, todo lo que había hecho horas atrás me estaba pasando factura en estos momentos. Tenía agujetas hasta en las tetas.
—Me recuerdas a mi abuela, que en paz descanse — se volvió a burlar Roy.
—Tengo una navaja en la mochila — le advertí y este cerró el pico de inmediato.
—Ponte esto —. Leslie me entregó unas gafas de sol —. Y usa la capucha para cubrirte mejor. Eres muy popular por esta zona y lo último que queremos es atraer la atención del público.
—O la atención de tu acosador — añadió Roy.
Tomé las gafas y me puse la capucha porque tenían razón.
Estábamos en Lyon, en donde había tenido muchos eventos a los largos de los años y en donde también había ganado mucha popularidad. Aquí era más popular que Beyoncé, me reconocerían en cuestión de segundos y ahora mismo estábamos en una misión secreta, por lo cual necesitaba cubrirme con todo lo que podía.
Desde aquí habían llegado unas cuantas cartas del anónimo y a lo mejor se encontraba en este lugar ahora mismo. Eso era una preocupación en plus y por nada en el mundo podía saber que estábamos aquí para averiguar su identidad.
—Bien, ahora vamos a por ese café — dijo Roy.
Nos detuvimos en una cafetería que acababa de abrir y solo tenía dos clientes y los dos les prestaban atención a sus teléfonos móviles mientras intentaban despertarse con el café. Los tres nos acercamos al mostrador pidiendo nuestros respectivos cafés y luego me dirigí al baño con Leslie.