Capítulo 23

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RUBY BLANCHET

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RUBY BLANCHET

Era domingo por la mañana, me había tirado hasta las seis de la mañana trabajando y había terminado. Me fui a dormir por unas horas pensando que no conseguiría dormir nada debido a donde estaba viajando mi mente, pero mi cansancio me pudo. Cinco horas mas tarde me desperté llena de hambre y bajé a comer.

Obviamente no había nadie a estas horas en la cocina, pero Bernard me dijo que había hecho algunos macarrones así que me serví en silencio y comí medio dormida.

Cuando subí a mi cuarto mis ojos se clavaron en la puerta de mi guardaespaldas. Sabia que estaba adentro de la habitación ya que me había dejado un mensaje hace horas diciéndome que no saldrá y si necesitaba salir podía tocar a su puerta.

Necesitaba salir, pero no me atrevía a ir a tocar su puerta. Mi mente seguía pensando en el dulce sabor de sus labios y su cuerpo contra el mío. No había dejado de pensar en ello desde que nos separamos en ese beso.

No podía volver a suceder, había sido un error. Un error enorme, pero mi cabeza no entendía eso.
Decidí entrar de vuelta a mi habitación y tomé el móvil para abrir mis mensajes con Cassian.

Era una cobarde, no me atrevía a verlo a los ojos después de aquello. Mi corazón palpitaba con solo pensar en que debo de ir a hablar con él, verlo, seguir estando en la misma casa con él. Mis manos empezaron a sudar al empezar a teclear en la pantalla.

Necesito salir en una hora de casa.

Iba a dejar el móvil en la mesita de noche cuando al instante recibí una respuesta de Cassian. Como si hubiera estado esperando mi mensaje.

La esperare abajo, deme una dirección.

Le mandé la dirección de adónde ir y dejé el móvil para dirigirme a mi armario. En el proceso escuché la puerta de Cassian abrirse y cerrarse y después unos pasos. Sentí su presencia en mi puerta. Cassian se había quedado parado ahí por unos segundos y luego siguió su trayecto hasta abajo.

Respiré hondo y decidí dirigirme cuanto más rápido al armario.

Tomé lo más básico y más cómodos, unos pantalones vaqueros negros, un jersey negro y una chaqueta vaquera. Me puse una boina y una bufanda ya que el clima había bajado excesivamente estos días.

Una vez pasada la hora salí de mi habitación y me dirigí a la planta de abajo donde Cassian estaba hablando con dos de los escoltas. Volvía a llevar esos increíbles trajes formales negros que le quedaban de maravilla. Aunque la ropa informal que llevaba anoche en el gimnasio lo hizo incluso más atractivo.

No podía pensar en anoche ahora mismo, no con él cerca de mí.

Se dio cuenta de mi presencia ya que se giró a mirarme yo solo incline la cabeza para decirle que podíamos salir y él asintió abriendo la puerta de la casa para dejarme salir.

Se dio cuenta de mi presencia ya que se giró a mirarme yo solo incline la cabeza para decirle que podíamos salir y él asintió abriendo la puerta de la casa para dejarme salir

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El protector [+18] ©  - Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora