Todo cambiará en el momento en el que ella se de cuenta que no recuerda los detalles de su vida. Encontrará nuevos amigos y también el amor... Pero, encontrarse a sí misma será lo más difícil. ¿Quién la ayudará? ¿Un hombre fuerte e independiente o u...
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CAPÍTULO 24
"El momento de la verdad"
Iniciar sesión en la portátil de Lila fue como una pequeña victoria para mí, ese fue solo el primer paso en encontrar algo en contra de ella. Por si acaso, le envié un mensaje a Nadia y le pedí que me dijera qué estaba pasando y cuánto tiempo me quedaba.
Ella respondió al instante en que envié el mensaje:
"Los invitados se están yendo de la recepción poco a poco y se acercan a Lila y Calum para despedirse"
"Te llamaré tan pronto cuando queden pocos invitados y cuando quede sin nadie para esconderme"
Yo diría que tengo menos de media hora, a menos de que Lila decida irse de la recepción antes.
Me centré nuevamente en la computadora, tenía que haber algo que ella escondiera así que empecé por el correo electrónico.
No me sorprendió ver que la mayoría de correos electrónicos fueron enviados entre ella y Calum, el periodista que había escrito sobre mí por la orden de Lila. Fruncí el ceño al ver un email con mi nombre en el asunto y fue escrito varios días después de mi accidente.
Contenía algunos enlaces para descargar vídeos y apreté uno al azar rogando que funcionen, al abrirse pidió que descargue los vídeos y los nervios me donaron. En un momento pensé en llevarme el portátil conmigo y salir corriendo, pero me apegué a mi objetivo de alguna manera.
El archivo tomó color y justo arriba de este apareció una pequeña ventana con el aviso de descarga completa.
¡Por fin!
Abrí uno de los vídeos del archivo y me di cuenta de que todos eran de las cámaras de seguridad, la calidad no era precisamente la mejor, pero me reconocí en ellos.
Inmediatamente supe que tenía que copiar eso, y solo pedía tener el tiempo suficiente. Lo único que tenía conmigo era mi teléfono, eso podía servir como memoria externa, pero... No tenía nada para conectar al portátil.
Abrí cajón tras cajón del escritorio buscando algo para conectar, pero no había ningún rastro de algo que me ayude a copiar todo.
¡No puedo creer que Lila no tenga nada para conectar a la computadora!
La diosa fortuna finalmente estaba de mi lado. Encontré un cargador de celular y usé el cable para conectar a la computadora, la transferencia de los vídeos podía comenzar, la barra de estado que muestra el porcentaje se movía lentamente y con cada número me sentía más abrumada por el pánico.
Mi teléfono sonó en el peor momento posible, corté la llamada de inmediato y Nadia bombardeó con mensajes.
