1. ¿Lo conozco o es solo mi imaginación jugando conmigo?

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CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO 1

"¿Lo conozco o es solo mi imaginación?"

Un día después...

Tuve un sueño. En el sueño, yo era una niña y estaba jugando en una playa con arena. Estaba sola y concentrada en jugar cuando el tiempo cambió repentinamente. El viento se llevó mis juguetes al agua.

Mientras las olas se los llevaban de la orilla, quería ir tras mis juguetes, pero la voz estricta de mi padre me detuvo, estaba segura de que era él. Me llamo "Amber".

Oí a dos personas hablar, pero sin embargo no abrí los ojos.

—¿Crees que estará bien? —le preguntó Gian a alguien.

—Se recuperará, solo necesita descansar. La pobre chica la pasó muy mal —habló por primera vez una voz femenina.

¿Quién era esa chica?

¿Su hija?

¿Su mujer?

—La dejaremos descansar un poco más y luego llamaremos al médico para ver cómo está —avisó el chico y luego hubo silencio.

Intenté abrir los ojos, y después lo logré.

De repente me desperté y vi a Gian con una linda chica al lado. Una chica de pelo castaño claro por los hombros y unos ojos avellana muy bonitos.

—Am... ¿Dónde estoy y cómo llegué acá? —pregunté asustada.

Sentí una fuerte punzada en mi cabeza y chillé de dolor refregándomela angustiada.

—¡Está despierta! —suelta emocionada la chica ojos claros.

Cuando ella gritó de emoción, otra vez la puntada apareció.

—Tranquila, Nadia, no la asustes.

—¡Hola, Amber! Mi nombre es Nadia y este es mi humilde hogar. ¿Cómo te sentís? —habló más bajo con el chico y el dolor de cabeza desapareció.

—Nadia... Hola. —hice una pausa y me toqué la cabeza, me dolía mucho —Gian, fuiste vos el que me encontró —digo alegre porque recordé algo.

—Si, Amber, es genial que lo recuerdes. Estabas realmente exhausta.

Levanté mi cabeza para ver al chico y volver a ver a Nadia, sin embargo cuando mis ojos chocaron con lo de Gianluca, me quedé embobada viéndolo.

—Sí, estaba realmente preocupada por ti cuando Gian te trajo acá. —dice la chica de pelo corto llamada Nadia.

Intentó llamar la atención aclarándose la garganta, por lo que llamó mi atención y aparté mi vista del chico.

—Gracias a los dos. Me siento mejor, pero no creo que pueda levantarme de la cama.

Bajé mi cabeza hacia bajo, viendo mis uñas color amarillo.

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