32. Un vacío en el pecho

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CAPÍTULO 32

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CAPÍTULO 32

"Un vacío en el pecho"

Al llegar a la casa de Nadia lo primero que hicimos luego de saludarla fue almorzar, ya que supuestamente ella nos llevaba esperando media hora con la comida hecha. Todo transcurrió normalmente después de comer, salimos a pasear por el pueblo, fuimos a una plaza y nos sentamos a gozar de la tarde, jugamos con Lolo y disfrutamos viendo una película al volver a la casa de mi amiga.

Hasta el momento en el que una llamada ingresó a mi celular y fui a buscarlo en el bolso cuando estábamos viendo la segunda película.Cuando saqué el celular, este dejó de sonar anunciando que la llamada ya había sido perdida, miré confundida la pantalla cuando el número era desconocido.

Supuse que ya volverian a llamar si era algo importante, y cuando quise guardar el aparato, vi la bolsa con las pruebas de embarazo; dude unos segundo en qué hacer y justo cuando estaba decidida a contarles a los chicos y realizarlas, otra vez mi celular sonó con una llamada entrante.

—Hola, ¿quién es? —hablé apenas atendí.

—Buenas tardes, ¿hablo con Amber Carballo?

—Sí, ella habla, ¿qué se le ofrece?

—Habla Belén Schlottauer del departamento de seguridad autónoma de San Salvador, quería pedirle que por favor se acercara urgentemente al hospital de la ciudad ya que su hermana, Lila Carballo fue transferida porque fue apuñalada.

En ese momento, a partir de ese segundo se vino el mundo abajo, no solo por mi hermana, sino por todo lo que pasó después. Fue como si todo lo que había construido, todo lo que habíamos evolucionado se derrumbó en ese instante, el instante en el que que creí que todo iba a estar bien, después de todo, ese día una parte de mí se murió, pero la otra se mantuvo con vida, esperando una razón para seguir, buscando un motivo para vivir.

A partir de ahí, todo fue caos, el celular se me calló de las manos, como si mi sistema nervioso hubiera dejado de funcionar y ambos hermanos me miraron preocupados, no supe que hacer, un nudo se formó en mi garganta y con los ojos cristalizados levanté el celular y empecé a llorar a cantaros cuando me dijeron que Lila estaba en riesgo de muerte.

Nadia pausó la película inmediatamente y Gianluca se acercó a mí para recibir la llamada, porque por los nervios yo no podía ni hablar y solo lloraba porque presentía que algo malo se aproximaba y que en la forma en la que la chica me había informado había sido con tanta tranquilidad, pero desesperación a la vez.

Gianluca cortó la llamada, ni siquiera supe que era lo que había dicho porque mi mente estaba nublada nuevamente y solo podía ver bultos entre la niebla, solo podía verlos pero no escucharlos. Un dolor en mi estómago se presentó y sentí como el líquido subió hasta mi garganta y las náuseas se presentaron, una ahorcada tras otra y recién en la tercera, pude expulsar todo, arrodillada en el retrete del baño mientras Gianluca sostenía mi pelo y tocaba mi frente.

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