26. Ahora o nunca

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CAPÍTULO 26

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CAPÍTULO 26

"Ahora o nunca"

Entré a la sala. El hecho de que no hubiera seguridad me sorprendió, solo podía ver a los conserjes trabajando ahí. En ese momento el sonido del ascensor se hizo presente y mi corazón empezó a latir con desesperación.

Las puertas se abrieron y Nilsson apareció, él salió del ascensor y se acercó a mí.

Me sonrió amablemente y yo besé su mejilla en gesto de saludo.

—Justo a tiempo —dijo y yo solo asentí con la cabeza.

Le extendí la carpeta, él ojeó rápidamente los documentos y me la devolvió con un gesto de aprobación.

—Es impresionante.

—Lila se quedará acorralada —dijo con una sonrisa de boca cerrada —¿Has hecho copia de los documentos?

—No, acabo de recibirlos de Gianluca.

Me miró fijamente y negó con la cabeza, —Muy mal, preciosa... Permitime.

Inconscientemente le di la carpeta mientras lo seguía mirando atentamente. Nilsson fue a la oficina de seguridad y a los segundos volvió con las copias de los documentos.

—Me llevaré los originales conmigo y vos te quedas con las copias —me explicó atentamente mientras metía la carpeta en el bolso.

—Muchas gracias.

Me abrazó fuertemente y susurró a mi oído:

—Creo en ti, Amber... No me falles, por favor.

Su apoyo significaba mucho para mí y finalmente me empecé a encaminar hacia la oficina de Lila sintiéndome fuerte y decidida.

Ni siquiera llamé desde afuera, solo sonreí y abrí de par en par las puertas corredizas de la oficina de Lila, la vi vaciando el escritorio y destruyendo documentos.

Se estaba preparando para huir y quería deshacerse de cualquier tipo de pista...

Mis tacones hicieron eco, iba vestida lo más llamativa posible. Una camisa lila, uno pantalones de jeans y unos zapatos negros. Al escucharme, mi hermana levantó la cabeza y luego elevó sus cejas.

De acuerdo, le estaba agradecida a mi papá por dejarme dinero en otra cuenta bancaria con el nombre de mi madre. Pero ya se estaba acabando y si por lo menos no recuperaba mi puesto de trabajo me iba a quedar en la calle.

—¡Qué honor! Me estaba preguntando cuando aparecías.

—¿Me extrañaste? —le pregunté todavía con mi sonrisa y sarcasmo en mi voz.

—No te imaginas cuanto... —me respondió de la misma forma —Te asentaron muy bien tus vacaciones.

—Muchas gracias, Lila. ¿Y vos cómo estás? ¿Te estás preparando para también irte de vacaciones? —abrió los ojos en grande —Veo que estás limpiando muy bien atrás de ti.

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