4. Camino a ningún lugar

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CAPÍTULO 4

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CAPÍTULO 4

"Camino a ningún lugar"

La cara de Bruno brillaba de emoción y esperanza, porque era posible que estuviera en el camino correcto para descubrir quién era yo y como había llegado hasta ahí.

—Jacob encontró el bolso cerca del lugar donde conociste a Gianluca por primera vez. No tuve tiempo de preguntarle si encontró alguna otra pista porque vos y Gian aparecieron en ese momento. Al parecer él huyó porque le tiene miedo a Gianluca.

¿Osea que era mi culpa por no tener más información?

Y yo que estaba acusando al niño y a él por su comportamiento.

Esperen.

¿Cómo era eso de que le tenía miedo a Luca?

—¿Por qué tenerle miedo a Gianluca? —le pregunté confundida —Él siempre fue comprensivo y muy amable, hasta se portó de maravilla conmigo. Quiero decir, con Nadia también.

Reí nerviosamente por mi "confusión"

Mientras yo hablaba de Gianluca y Nadia alegremente. Bruno miró hacia abajo y regresó a su orgullo y reservando estado.

El me dio una sonrisa de boca cerrada, me entregó el bolso cuidadosamente y esperó mi reacción.

Me temblaban las manos cuando el chico de pelo negro me entregó el bolso, pero conseguí calmarme y hacer la pregunta que más temía.

—¿Hay algo dentro de el? —le pregunté mirando el objeto.

—No lo sé Amber, ni siquiera lo abrí. Y honestamente, no pensaba hacerlo sin vos.

—No hay certeza de que sea mío.

—Con tanta coincidencia y semejanza, no hay nada que se pueda descartar.

Abrí la cartera color rosa magenta cuidadosa y lentamente.

Miré hacia dentro y vi exactamente lo que pensé que iba a ver: Un pintalabios.

Además del labial color rojo, había dos cosas más importantes dentro. Una llave y un frasco de perfume.

Sentía como Bruno me miraba atentamente e intentaba descifrar cada cosa que hacía.

—¿Algunas de esas cosas te resultan familiares?

Levanté mi vista y lo miré a los ojos.

—No... Esto es lo que casi todas las mujeres tienen en su bolso —opiné y metí la mano para sacar la llave.

Fue el objeto que más atención me llamó.

La llave que estaba adentro del bolso tenía una forma muy peculiar.

Podría ser la llave de una casa, de algún baúl o de algo por el estilo, y entendí que al final no significó nada para mí.

—Una llave como cualquier otra —murmuré indignada.

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