Capítulo 55: Fue un error

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Lentamente abrí mis párpados tratando de analizar dónde estaba. Me tomó unos segundos recordar que estaba acampando con Ryan... ¡Ryan! Giré mi vista hacia donde se supone que estaba acostado, pero no estaba.

Me levanté de prisa y salí a la naturaleza, inmediatamente mis ojos se posaron en él y una sonrisa se formó en mis labios. Mientras me acercaba a él recordé lo sucedido la noche anterior y me ruboricé.

¿Cómo es que un simple beso me tenía volando hasta las estrellas? Bueno, no había sido un simple beso, fue la demostración de lo que ambos sentimos por el otro.

-Tienes los labios más sabrosos- su voz ronca erizó mi piel.

-Tú igual, tus labios tienen un sabor dulce tan único-

Él sonrió ampliamente y me besó de nuevo, mordiendo mi labio.

Agitando mi cabeza me deshice de esos recuerdos o me arrojaría ahora mismo sobre él y lo besaría como si no hubieran más hombres en la tierra.

Llegué a su lado y sonrió al verme. Mi corazón se aceleró con ese pequeño gesto.

-Buenos días Elizabeth-

-Buenos días para ti también-

Él se giró de nuevo hacia delante, viendo el paisaje con sus manos dentro del suéter y su nariz ligeramente roja. Extrañamente se veía más guapo de lo normal.

-¿Cómo dormiste?-

Después de ese beso, como en las nubes.

-Muy bien, ¿y tú?-

-Habría dormido bien si alguien no hubiera roncado toda la noche-

-Oye- lo empujé ligeramente por el hombro -yo no ronco-

-Es broma- ambos sonreímos.

Quedamos en silencio unos minutos, admirando el sol saliente detrás de unas montañas y el sonido del río golpeando con las rocas. Era como ver un cuadro pintado por el mejor pintor de la historia.

-Hermoso paisaje ¿no crees?- exclamé.

-Sí- sus ojos encontraron los míos, pero rápidamente los apartó. Me pareció extraño, pero no le puse importancia -en ningún lado encontraré otro paisaje como este-

-Ya lo creo-

-¿Quieres desayunar?- caminó hacia la fogata, pero por alguna razón sentí que en realidad se alejaba de mí.

-Sí, gracias-

Lo observé con cuidado mientras desayunamos, prestando atención a cada detalle, cada gesto. Lo noté algo extraño, como si sus pensamientos estuvieran en otro lado o como si quisiera decirme algo.

¿Estaría así por mí? ¿Por nuestro beso? No quería pensar que se estaba arrepintiendo de lo sucedido, pero es que cada vez se veía más extraño.

Quizás fue mi imaginación, o mi pánico por la situación, pero sentí que el contacto visual entre nosotros era cada vez menos. La verdad, comenzaba a aterrarme.

¿Acaso estaba incómodo? Mi subconsciente me gritó que sí.

De pronto vino a mi mente la vez que lo escuché hablando con su madre, cuando le dijo que no sentía nada por mí.

*Flash Back*

-¿Así que es tu amiga?-

-Sí, mamá, solo es mi amiga-

-¿Estás seguro?-

-Te lo aseguro-

-¿Pero te gusta?-

Un Juego de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora