Capítulo 21: Olvidándome de él

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Luego de desayunar, fui a la sala y me acosté en el sillón. No tenía absolutamente nada qué hacer y no es que tuviera muchas ganas de hacer algo, pero la tristeza me estaba matando, así que debía entretenerme. Prendí la televisión y, aunque encontré varios programas entretenidos, de vez en cuando recordaba a Jake y por más que intentaba no llorar, no podía evitarlo.

Me desperté luego de una larga siesta. Eran las cuatro de la tarde y yo no había comido, así que pedí una pizza, pues no tenía ánimo para cocinar.

Estaba muy cómoda en el sillón viendo una película, de la cual me arrepentí totalmente, pues era demasiado romántica y en estos momentos no era lo más indicado para mí. Conforme la película avanzaba me deprimía más, Jake me hacía mucha falta.

Nunca había pensado en cómo sería la vida sin Jake. Estaba tan acostumbrada a estar con él todo el tiempo que ahora sentía un gran vacío. Se había vuelto como una costumbre estar siempre juntos y ahora que no era así sentía un dolor inmenso en el pecho, haciéndome recordar su ausencia, una ausencia que nunca creí que doliera tanto, una ausencia que mataba el alma.

La soledad me volvía loca. Estaba sola en ese gran apartamento, esperando algo imposible, esperando que en algún momento él tocara la puerta. Me había sumergido en un mar de soledad, durmiendo o viendo tontas películas en las cuales la protagonista salía muy feliz con el amor de su vida... Y pensar que en este momento hubiera podido estar así con él, si solo hubiera actuado de forma diferente.

Unos golpes a la puerta me hicieron volver a la realidad. Con la esperanza que fuera Jake, brinqué del sillón y corrí tan rápido que casi me caigo. Torpemente abrí la puerta y cuando al fin logré abrirla, la tristeza se apoderó nuevamente de mi.

-¿Elizabeth Johnson?- preguntó un repartidor muy sonriente.

Estaba tan ahogada en mi tristeza que tardé unos segundos en recordar que había pedido una pizza.

-Sí, soy yo-

-Aquí está su pizza y su factura-

-Muchas gracias- dije recibiendo la caja y el pequeño papel, al mismo tiempo que le entregaba el dinero.

-Para servirle. Que tenga una feliz noche-

Entré al apartamento y me senté de nuevo en el sillón, abrí la caja, tomé un pedazo de pizza y comencé a comer.

Recordé los momentos lindos que viví con Jake, tantas pizzas que comí con él. Si hubiera actuado diferente, ahora estaría comiendo esta deliciosa pizza con él. Pero no lo hice, fue mi error y ahora me doy cuenta.

Terminé de comer casi al mismo tiempo que terminó la película, apagué la televisión y fui a mi cama. Intenté dormir, pero no pude, miles de ideas locas pasaban por mi mente. Debía hacer algo rápido o cometería una locura.

Busqué mi celular y marqué un número, luego de dos tonos contestó.

-¿Hola?-

-Hola Jonathan ¿Cómo estás?-

-Hola Elizabeth. Yo muy bien ¿y tú cómo estás?-

-Para nada bien- de inmediato mi voz se oyó triste.

-Lo sé, Jake me contó que lo terminaste- dijo, sorprendiéndome por completo.

-¡¿Que yo qué?!-

-Sí, dijo que...-

-Espera, yo no lo terminé, él me terminó a mí-

-Pues él dice que tú lo terminaste-

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