Capítulo 46: Ojos azules

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Los siguientes días pasaron demasiado lento para mí, pero luego de una semana me sentí como nueva. Ryan se comportó muy atento conmigo, estuvo pendiente que tomara todos los medicamentos, me llevó la comida a la cama y nunca se separó de mí. Y en agradecimiento por todas sus atenciones, le tenía preparada una sorpresa.

Caminé hasta la sala, donde lo encontré leyendo un libro y me senté junto a él en el sillón.

-¿Qué lees? ¿Algo de la universidad?-

-No. Es un libro dramático, se llama Eskoria- él levantó el libro mostrándome la portada.

-¿De qué trata?- pregunté con mucho interés.

-De un chico que sufre bullying. Es muy impactante, te lo recomiendo-

-Lo leeré- dije, para luego verlo confundida -oye, ¿no dijiste que la lectura no era lo tuyo?-

-Sabía que dirías eso- su sonrisa se hizo presente -me contagiaste tu buen hábito-

-Lo importante es que es un buen hábito-

-Exacto- ambos sonreímos.

-¿Tienes planes para mañana?-

-Mmm no- me vio de forma inquisitiva.

-Pues ahora ya tienes- dije levantándome del sillón para ir a mi habitación.

-¿Me estás invitando a una cita?- el tono gracioso de su voz me hizo sonreír.

Girándome para verlo contesté de la misma forma que él: -algo así- y seguí mi camino.

***

Al siguiente día me encontraba preparándome para la salida con Ryan. Estuve frente al armario por casi una hora tratando de decidirme qué usar, pero nada me convencía. Al final logré encontrar algo cómodo, pero bonito, e incluso sentí que me veía más bonita de lo que normalmente intentaba verme. Al terminar fui directo a la cocina en busca de la canasta que había preparado con todo lo necesario para la salida. Ryan y yo estábamos listos para irnos cuando una voz nos detuvo.

-Par de traidores, ¿a dónde van?- preguntó Linda saliendo del baño.

-A una cita- contestó el castaño divertido.

-Solo iremos a comer por ahí- aclaré, esperando los reclamos de mi amiga.

-¿De regreso podrían pasar comprando una botella de suero para mí? Por favor-

Su voz apagada me preocupó -¿estás enferma?-

-No, solo tengo un poco de vómitos. No es nada-

-¿Segura que estás bien?- cuestionó Ryan esta vez.

-Segura. No se preocupen por mí y pásenla bien- dijo sonriendo.

-Cualquier cosa nos llamas ¿ok?- abrí la puerta con duda.

-No se preocupen, yo la cuido- habló Jacky.

Sintiéndome tranquila que Linda no se quedaría sola, nos fuimos. Ambos nos montamos en mi auto y luego lo puse en marcha. Conduje despacio mientras charlábamos, era medio día, así que teníamos tiempo.

-¿A dónde me llevarás?-

No pude evitar reír ante su pregunta.

-Ya lo verás-

-No estarás pensando en secuestrarme ¿verdad?-

-Tal vez- contesté aguantando las ganas de reir.

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