Capítulo 42: Agradable

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NARRA LIZI

-¿Quieres que te ayude?- preguntó Ryan a mis espaldas, mientras yo preparaba la cena.

Girando un poco para verlo dije: -casi termino, pero me ayudarías mucho si pones la mesa-

-Con gusto-

Él empezó a colocar servilletas, tazas y cubiertos. Con su ayuda terminamos rápido y en menos de cinco minutos ya estaba todo servido. Mis dos mejores amigas llegaron y los cuatro nos sentamos a comer. La cena transcurrió tranquila en medio de conversaciones y risas.

-Me alegro tanto que hayan hecho las paces. Ahora tendremos comidas más amenas- dijo Jaky viéndonos a Ryan y a mí, a lo cual ambos sonreímos.

-¿Cómo pasó? ¿Quién tomó la iniciativa? Cuéntenos- Linda parecía muy emocionada.

Ryan sonrió levemente, pero pude notar el nerviosismo en sus ojos. Era claro que no quería contar lo sucedido hace unas horas, sobre la discusión, los gritos y todos los insultos que me dijo.

-Yo...-

-Él llegó a mi habitación, se disculpó y me pidió iniciar de cero- lo interrumpí rápidamente -y claramente yo estuve de acuerdo-

-Oh, qué lindo eres Ryan- exclamó la rubia y él me vio con una sonrisa agradecida.

-No es para tanto- contestó él haciéndose el modesto.

-Ahora que recuerdo...- Jacky llamó nuestra atención -Yasmin, nuestra vecina, nos invitó a una fiesta en su apartamento la otra semana-

-Qué bien, ya necesito algo de fiesta- Linda levantó ambas manos fingiendo bailar y haciéndonos reír a todos.

-Tú siempre necesitas fiesta, amiga- dije, a lo cual Jacky y Ryan hicieron un gesto de afirmación.

Linda abrió la boca para objetar, pero se detuvo viendo fijamente mi mano que posaba sobre mi taza -Lizi, ¿por qué estás usando esa taza? ¿Qué pasó con la tuya? Siempre la usas-

-Se quebró- no pude evitar poner rostro triste, pero hablé tranquila.

-¿La taza que te regaló tu abuelita antes de morir?- preguntó Jacky algo angustiada.

-Sí- susurré, a lo cual Ryan me vio totalmente culpable -pero no importa, los mejores recuerdos se llevan en el corazón-

-Sí, así es- Jacky, como siempre, tratando de hacerme sentir mejor.

Terminamos de comer y los cuatro limpiamos todo, luego nos fuimos a dormir. Entré a mi habitación e hice mi rutina diaria antes de dormir, ponerme pijama, desmaquillarme, hacer mis necesidades, lavarme los dientes y leer un capítulo de algún libro. Al terminar todo me fui a la cama.

No dejaba de pensar en lo sucedido hoy, la pelea con Ryan, su disculpa, nuestra conversación en la cafetería, la película juntos y la cena tan tranquila. Todo me parecía tan irreal, pero afortunadamente sí estaba pasando y digo afortunadamente porque pelear con alguien todos los días es frustrante y muy agotador.

Con esos pensamientos me quedé profundamente dormida.

A la mañana siguiente, desperté medio temprano, me levanté y salí de mi habitación con dirección a la cocina. Pasando por la sala vi la cabellera rubia de mi amiga, quien estaba sentada en el sillón viendo la televisión.

-¿Linda?- me extrañó verla, pues ella es del tipo de persona que se despierta muy tarde -¿está todo bien?-

Caminé hasta el sillón y rodeándolo me senté junto a ella. Se veía normal, excepto por su rostro desanimado

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