Capítulo 60: Te amo

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NARRA LIZI

La fresca hierba rozaba bajo mis pies y el viento soplaba con delicadeza, mientras la tenue luz del sol alumbraba todo a su alrededor con tonos dorados. Había un largo camino lleno de flores de colores, cada una con su propio aroma, los árboles danzaban al compás de una delicada música y las aves volaban por todas partes, embelleciendo aún más el paisaje. Era el lugar más hermoso que mis ojos habían visto, además transmitía mucha paz y alegría.

Y justo cuando creí que no podía ser mejor, apareció Ryan frente a mí, con su hermosa sonrisa y sus alucinantes ojos azules. Mi corazón latió con fuerza al verlo y casi se sale de mi pecho, queriendo unirse al suyo.

Él se acercó más a mí y tomó mis manos -hola pequeña ingenua-

-Hola- sonreí como boba, como si fuera la primera vez que me enamoraba de alguien.

Lentamente posó su mano sobre mi mejilla, haciendo revolotear todo mi interior -hay algo que quiero decirte-

-Te escucho-

Sonrió antes de hablar y solo con ese gesto me puso muy nerviosa.

-Tú me devolviste la felicidad, me devolviste la ilusión. Cuando creí que nunca volvería a amar apareciste tú y me enseñaste a hacerlo de nuevo- besó mi mano con suavidad, mientras yo luchaba por mantenerme de pie, pues mis rodillas temblaban como locas -nunca te lo he dicho, pero lo siento muy vivo dentro de mí... Te amo Elizabeth, te amo como nunca he amado a alguien. Y te prometo que pasaré cada día de mi vida demostrándotelo- por poco me desmayo al oír aquello. No podía creerlo, él me amaba -pero por favor no me dejes, no me dejes-

Eso último me desencajó por completo -no iré a ningún lado- mencioné confundida.

-Pero yo sí- su voz se oyó distorsionada.

-¿Qué?-

De pronto, Ryan comenzó a desvanecerse en el aire, combinándose con las hojas que volaban con el viento.

-¡Ryan!- grité con desesperación al ver que se alejaba cada vez más de mí.

-¡No me dejes!- gritó y un segundo después ya no había nada de él.

Mi respiración comenzó a agitarse y mis ojos se cristalizaron, pero no tuve tiempo para llorar, pues todo a mi alrededor también comenzó a desvanecerse, los árboles, las flores, el cielo junto con el sol, hasta dejar un enorme mar de oscuridad. Estaba aterrada, no sabía lo que estaba pasando, pero solo podía pensar en una cosa, en Ryan.

Ryan!- grité una y otra vez al borde del colapso -¡Ryan!-

Y entonces abrí los ojos, despertando de ese horrible sueño.

Una luz blanca me recibió, obligándome a cubrir mi rostro. Poco a poco me acostumbré a la claridad y observé todo con detenimiento. Estaba acostada en una camilla, en una habitación con paredes blancas, habían algunos aparatos conectados a mi cuerpo y del otro lado estaba una chica sentada en un sillón junto a la cama, donde dormía tranquilamente. La observé con cuidado y luego de unos segundos la reconocí.

-¿Jacky?-

Ella abrió los ojos y se acercó a mí con una alegría melancólica Lizi, ¿Cómo te sientes?!-

-Me duele todo el cuerpo, en especial aquí- me toqué justo por debajo de la costilla derecha -¡auch!-

-No te toques. Te perforaste el hígado y tuvieron que operarte-

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