NARRA JAKE
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Eran los kilómetros por hora que marcaba el tablero del auto y puedo jurar que el corazón me latía igual de rápido.
Sentía que me estaba sofocando, el pecho me subía y bajaba debido a la respiración agitada y no podía retener las lágrimas. La culpa se estaba amontonando en mi pecho, causándome un enorme dolor. Me sentía muy agobiado de saber lo que le había ocurrido a Elizabeth y aún más saber que todo era mi culpa.
En cuanto Erick me llamó para decirme lo que había pasado salí de mi casa a toda velocidad, dejando a mis amigos muy confundidos y sin responder a sus preguntas.
Llegué al hospital donde habían llevado a Lizi y limpié las lágrimas de mi cara, pero fue en vano, había llorado demasiado. No podía creer lo que estaba pasando, me parecía algo irreal y estaba acabando con mi cordura. No entiendo cómo las piernas me respondieron, pero corrí hasta la sala de espera donde el novio de Lizi me recibió furioso y me sentía tan abrumado por todo que no me defendí.
-¿Cómo te atreves a venir maldito hijo de perra? Todo esto es culpa tuya- su voz hizo eco por toda mi cabeza, golpeando duro a mi consciencia -¿estás contento? ¿Esto es lo que querías?- Me golpeó nuevamente contra la pared y yo seguía sin reaccionar
-¡Claro que no! Yo la amo, al igual que tú-
-Cierra la maldita boca. Tú nunca la amarás ni la mitad de lo que yo la amo. ¿Sabes por qué?- esperé su respuesta con temor, sea lo que fuera que iba a decir sabía que tenía un enorme punto a su favor, que yo era el culpable de que Elizabeth estuviera en esta situación -porque yo daría mi vida por ella y tú ni siquiera fuiste capaz de decirle la verdad-
-¡Cállate!- grité, completamente destrozado. En el fondo sabía que tenía razón, tal vez todo este tiempo solo me estaba protegiendo a mí mismo y nunca pensé en ella.
Levanté mi puño para golpearlo y él copió mi acto. Casi nos agarramos a golpes, si no hubiera sido por un doctor que nos detuvo.
Al separarnos, mi vista cayó inmediatamente sobre Erick, quien me veía espantado. Por un leve momento me sentí furioso con él, pero no podía culparlo de mis estupideces, el único responsable de todo esto era yo.
Tratando de calmar mis emociones tomé asiento. Jacky se acercó a mí, abrazándome y yo la abracé con la misma intensidad. Cerré los ojos y por un momento imaginé que era Elizabeth a quien estaba abrazando.
-¿Cómo está? ¿Ya les dieron alguna noticia?- pregunté desesperadamente al separarnos.
-Está muy delicada- sus ojos reflejaron un inmenso temor.
-¿Qué tanto?-
-Tal vez no sobreviva- apenas y pudo decir.
Un frío aterrador recorrió mi espalda y el pánico se hizo presente.
No dije nada, estaba completamente pasmado y lleno de miedo, la sola idea de perderla me destruía por dentro y me hacía sentir la persona más miserable. Mis lágrimas comenzaron a rodar y no hice el menor esfuerzo por retenerlas. Ya no me importaba que me vieran llorar, lo único que me importaba era Lizi.
Minutos más tarde apareció un doctor indicando que una persona podía pasar a verla. Inmediatamente mi corazón dio un salto con la ilusión de que esa persona fuera yo, pero Linda y su amigo jamás lo permitirían.
Lleno de impotencia y dolor observé a Ryan alejándose de nosotros y acercándose a ella. Era desgarrador no ser yo el que estuviera junto a Elizabeth, pero ¿cómo podría? Si ella estaba aquí por mí.
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Un Juego de Amor
RomanceEnamorarse de dos hombres a la vez no estaba en los planes de Elizabeth, pero una serie de eventos crearon las condiciones perfectas para que lo hiciera. Todo parecía ser perfecto en su vida, sobre todo con su novio, hasta que un par de mentiras y s...