Capítulo 31: Número desconocido

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NARRA LIZI

Los rayos del sol entraban por mi ventana, alumbrando la habitación y despertándome. Era una imagen hermosa, pero mi ánimo seguía por el suelo.

Habían pasado dos semanas desde que regresamos de España y no exagero al decir que han sido las dos peores semanas de mi vida.

Ryan era la persona más odiosa y maleducada que conozco, siempre encontraba la forma de fastidiarme.

Y lo que es peor aún, Jake seguía sin contestar mis llamadas, sin buscarme, seguía sin perdonarme. Teníamos casi un mes de haber terminado, pero el dolor seguía siendo el mismo, la tristeza no desaparecía ni lo más mínimo.

Me froté la cara con pesadumbre antes de levantarme de la cama, caminé a la cocina y me serví cereal con leche. Desayuné lento mientras leía "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen, mi libro favorito. Estaba leyendo placenteramente cuando el idiota entró a la cocina.

-Oh wow, sabes leer- exclamó con sarcasmo. No entendía el porqué me molestaba sin razón alguna.

-Disculpa, ¿decías algo?- aparté la vista del libro -mis oídos no escuchan a tarados- dije burlona.

Él me vio de mala gana antes de servirse cereal también, luego tomó la última galleta oreo que había y la dejó sobre la encimera mientras terminaba de preparar su desayuno. Apresurándome me levanté de la mesa y se la quité.

-Oye- se quejó -por si se te olvida, yo compré la despensa esta semana-

-Y por si se te olvida, estás en mi casa, es lo menos que puedes hacer-

-Estoy aquí haciéndote un favor ¿recuerdas?- el fastidio era evidente en su voz -porque la niña se niega a creer que su noviecito ya la superó-

-Cállate- dije firme, aunque por dentro estaba a punto de derrumbarme -eres un completo...-

-¿Idiota?- me interrumpió esbozando su típica sonrisa burlona.

-Iba a decir tonto, pero idiota te queda mucho mejor- sonreí triunfal mientras Ryan me veía no muy feliz.

-¿Otra vez peleando ustedes dos?- cuestionó Linda mientras entraba a la habitación.

-Él es el que empieza, le gusta fastidiarme-

-Porque eres irritante y una malagradecida-

-Y tú eres un inepto sin modales-

-Bueno, ya basta- nos interrumpió mi amiga -¿no pueden tratar de llevarse bien?-

-No- contestamos al unísono, al menos estábamos de acuerdo en algo.

Linda nos vio irritada, rodando los ojos -parecen un par de niños-

-Como sea- terminando mi desayuno me dirigí a la salida.

-Provecho- dijo Ryan con total sarcasmo. No le puse atención y salí dándole una mala mirada -¡y luego dices que el maleducado soy yo!- gritó burlón.

-¡Cállate!- grité antes de cerrar con fuerza la puerta de mi habitación. Este tonto me volverá loca.

Me metí a la ducha y me di un baño con agua fría para bajar el enojo. Luego de cambiarme me acosté en mi cama, prendí la televisión y me cubrí con una manta. Era treinta de diciembre, así que hacía frío.

Pasé así el resto del día, hasta que se oyeron unos golpes en la puerta.

-¿Quién es?- pregunté.

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