Capítulo 50: Dos corazones

390 18 0
                                    

¿Alguna vez se han imaginado lo que sienten los padres cuando sus hijos se casan o se independizan y se van de la casa? Pues yo estaba a punto de vivir algo parecido.

Hoy era la boda de Jacky. Sí, hoy una de mis dos mejores amigas se iría para siempre. Seguramente hablaríamos por teléfono y nos seguiríamos viendo en la universidad, pero no sería lo mismo.

Dejando esos pensamientos de lado, Linda y yo caminamos hasta la habitación de Jacky. Hoy era el mejor día de su vida y no podía arruinárselo con mi sentimentalismo.

-¡Despierta, dormilona!- gritó Linda, entrando a la habitación.

Reí ante el "dulce" tono de mi amiga, me senté en la cama junto a la castaña y dije suavemente: -despierta, cariño. Hoy te casas-

Ella se despertó de inmediato y con una enorme sonrisa -buenos días-

-Buenos días a ti también-

-Arriba, te hemos preparado el desayuno- dijo la rubia, tan delicada como solo ella podía ser... nótese mi sarcasmo.

Desayunamos tranquilamente, disfrutando al máximo la compañía de Jacky, ya que era nuestro último desayuno con ella.

Un par de horas después las tres llegamos al lugar donde nos prepararían para la boda. Primero empezaron con las uñas, luego con el peinado y por último el maquillaje. Cuando los estilistas acabaron, las tres nos veíamos hermosas, sobre todo Jacky. Luego de ponernos los vestidos salimos de ahí rumbo al lugar donde sería la boda. El recorrido nos tomó casi una hora, pero valió completamente la pena, pues el lugar era hermoso.

La ceremonia se desarrolló con total tranquilidad. En algún momento imaginé que sucedería algún escándalo como en las películas, pero por fortuna no pasó nada.

Al terminar la ceremonia por fin pude acercarme a Ryan, quien al verme se dirigió hacia mí con su dulce sonrisa.

-Ey, ¿dónde te habías metido?- sonreí tan ampliamente como él.

-Aquí he estado, esperándote-

Acercándonos con decisión, ambos nos fundimos en un cálido abrazo que unió dos corazones perdidos, que finalmente se encontraron. Tomándolo con fuerza, enterré el rostro en su cuello e inhalé su exquisito aroma. Lo abracé por mucho tiempo y con tanta intensidad como si fuera a irse.

-¿Estás bien?- susurró sobre mi oído.

-Sí- completamente sonrojada me separé de él -es solo que, hemos pasado tanto tiempo juntos los últimos meses que, estar lejos de ti se me hizo extraño-

-Si lo que tratas de decir es que me extrañaste, pues yo también te extrañé- con su dedo índice tocó levemente la punta de mi nariz -te ves preciosa-

Sin poder controlar el calor en mis mejillas contesté: -y tú te ves muy guapo-

-Entonces hacemos excelente pareja- su tono juguetón me emocionaba mucho.

-Eso parece-

-¿Vamos? Están por servir la comida- estiró su mano hacia mí, la cual tomé sin pensar.

Llegamos a la mesa donde estaba Linda y nos sentamos junto a ella. La comida estuvo exquisita al igual que el pastel, Jacky había puesto atención a cada detalle. Luego del brindis comenzó la fiesta, el dj puso canciones muy buenas y muchos de los invitados salieron a bailar.

-Elizabeth- Ryan tomó mi mano.

-¿Si?- exclamé, deseando que me invitara a bailar.

-¿Quieres bai...?- y justo su teléfono comenzó a sonar, mostrando en la pantalla la llamada entrante de un número desconocido -lo siento. Ahora vuelvo- se levantó de su asiento y se alejó hasta desaparecer de mi vista.

Un Juego de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora